¡Hola mamá, feliz día mamá!!!

Hoy mamá en este, tu día, te envió mi saludo a ese mundo especial al cual partiste hace ya un tiempo, que se me ha hecho tan largo.

Te extraño mamá, te recuerdo mamá, me duelen las cosas que te hice y las que no te hice, las cosas que no dije cuando debían haber sido dichas.

Se me ilumina la alegría cuando recuerdo tus manos palmendo tus cumpleaños, aquellos que no habías tenido en tu infancia (¡cuanto me molestaba esa costumbre tuya, cuan equivocada estaba!). En tu felicidad sencilla radicaba la de todos. Las fiestas ya son menos brillantes, nos faltan tus tortas, tus palmadas, tus "feliz cumpleaños".

Empezó nuestra historia, en aquel momento, en que arriesgando tu vida, sola, en tu cama matrimonial, me trajiste al mundo, me apuntalaste, me empujaste, me impulsaste y siempre te mantuviste a un lado, siempre entre candilejas, siempre en las sombras de los que humildemente son grandes, como vos, mamá.

El amor de papá y vos, solamente ustedes y yo lo comprendimos  Nunca hubo exclamaciones enloquecidas, ni abrazos estridentes, ni se decía a toda hora  te quiero. Pero nuestra unión estaba hecha de acero, de acero templado al rojo vivo, de ese acero que forjo nuestros días y nos mantuvo juntos, hasta que nos venció la vida.

Miro alrededor y por donde mire te veo, cociendo mis vestidos de comunión, de quince años, de casamiento, el ajuar de mi hijo (el que armaste a escondidas) ¡mi increíble mamá!!!.

Hoy estoy en tu lugar, mamá, junto al hijo que me ayudaste a criar, tratando de prepararlo para cuando inevitablemente, yo también siga el camino que está escrito en las estrellas.



¡Ah! y, ¿sabes mamá, tu hijo del alma, tu yerno, ya no tiene cumpleaños, porque no tiene tus tortas?, te extraña tanto, como todos te extrañamos. 
Pero de nuevo retorna la memoria alegre, ¿te acordas de nuestras charlas sobre los chicos que me gustaban?, cuando me llevaste a la pileta para aprender a nadar, (vos que le tenías terror al agua), las veces que me acompañaste a la facultad, como me apoyaste siempre para estudiar, para ponerme minifalda, la primera malla dos piezas (yo era tan tímida en esa época), como aceptaste a mi esposo como un hijo más,  lo feliz que fuiste con tu nieto y con sus logros.
¿Sabes mamá tu existencia fue única e irreemplazable?
Te extraño mamá, pero tengo tantos recuerdos alegres, tantas fotos de tiempos compartidos, tantos buenos momentos vividos , que confió en el día que nos encontremos de nuevo, a tomar mate y charlar en el parque de casa, mientras tu nieto se tira a la pileta y grita alegremente, salpicandonos, con su risa de niño travieso.
Hola mamá, te extraño mamá, te deseo un feliz día mamá...