Revista Cultura y Ocio

‘Hola, somos un grupo de puta madre y no somos británicos ni estadounidenses’

Publicado el 19 febrero 2015 por La Cloaca @nohaycloacas

Quiero creer que los pobres insensatos que me leéis, lo hacéis por una de estas razones (o bien por la combinación de varias de ellas):

  1. Tenéis más tiempo libre del que podéis gestionar.
  2. Sois unos genios de la procrastinación.
  3. Me leéis para luego poder juzgarme muy severamente.
  4. Escucháis (o habéis escuchado) más o menos la misma música que yo, y os molan las mierdas que impunemente suelto cada semana.

Vamos a hacer una cosa: vamos a rescindir el contrato de mi abuela y vamos a pensar que todos sois de la opción 4. Es decir, vamos a dar por hecho que el grueso de vuestro iPod era, o es, o era y es, británico y estadounidense (que le den a Canadá, para tres grupos que conocemos –Sum 41, Simple Plan y Billy Talent-, vamos a considerarlos también yankees).

Y es que, de mis 3000 canciones, el 77,3% vienen de grupos formados a basé de té y fish & chips o de hot-dogs y Dr. Pepper. Por su parte, hay un 21,7% que dedico a la música patria, que se divide en mis grupos ‘mariquit-indies’ (Supersubmarina, Vetusta Morla, Full, Dinero), mis reductos de rock (Extremoduro, Marea, Platero y Tú), mis orígenes punk-rockeros (Dikers, NoWayOut), mis escasas incursiones en estilos más ‘garrapateros’ (Delinqüentes, Juanito Makandé) y mi gusto por grupos de chavales más o menos emergentes (La M.O.D.A., Nómadas, Marvin) a quien no me canso de promocionar en mi Facebook, de forma casi siempre inútil.

Bueno, pero, ¿y el 1% restante? Ya, ya sé que muchos no os habréis dado cuenta, criaturitas, de que 77,3 + 21,7 hacen 99, no 100. Pero no pasa nada, disimuláis y listos. Y para los que si os habéis dado cuenta, os voy a explicar de dónde sale ese 1% restante. Porque no todo en esta vida se reduce a Twist & Shouteros y Born In The Useros, no. El resto de naciones –quitando la española, que para colmo es un batiburrillo de mininaciones- también tienen derecho a sacar, aunque sea de higos a brevas, buenos grupos de música; dignos de colarse en nuestras listas de reproducciones.

Y no, no hablo de ritmos africanos ni de reggaetón puertorriqueño, hablo de grupos de rock, de indie, que podrían haber nacido en Manchester, que podrían haber empezado a tocar en un garaje de Wisconsin… Pero no. Y no, tampoco voy a hablaros de Calamaro, de Phoenix (¿no sabíais que eran franceses?) ni de AC/DC (¿tampoco sabíais que eran australianos?); eso no tendría gracia.

Phoenix_-_Wolfgang_Amadeus_Phoenix

Wolfgabg Amadeus Phoenix, uno de los mejores discos de los franceses

Entonces, ¿de qué leches voy a hablaros? Pues muy fácil, de todos estos grupos:

Mando Diao: Suecia, por razones que no alcanzo a comprender, lleva años y años nutriéndonos de muy buena música: cuando teníamos acné y aún grabábamos cintas con el radiocassete, las radios ya nos deleitaban con ‘In the Shadows’, de The Rasmus. Poquito tiempo después, cuando decidimos que nos habíamos equivocado de país al nacer y que lo nuestro era el skate-punk californiano, nos lanzamos a los brazos de Millencollin, otro grupo sueco al que probablemente descubrimos jugando al Tony Hawk’s Pro Skater de la Play 2. Luego fuimos creciendo, cambiamos Messenger por Tuenti, el acné dio paso a las marcas de acné, y las radios cambiaron The Rasmus por Eagle-Eye Cherry y su ‘Save Tonight’.

Y luego… Luego llegó el indie, y Suecia seguía ahí, a su rollo, erre que erre con sus grupos: The Caesars, ese grupo que nadie conoce pero  que tiene un temazo que TODO EL MUNDO CONOCE (venga, haced click en la palabra temazo), Sugarplum Fairy y, sobre todo, sus hermanos mayores (literalmente hablando): Mando Diao.

Estos tipos de Mando Diao son buenos, muy buenos, hasta el punto de haber pasado por festivales como el Rock in Río, FIB, Reading, Rock am Ring… En España, además, han tocado en festivales ‘menores’, tales como el Low, el Ebrovisión, el Arenal o, más recientemente, el MAD! Live y el BIME.

Su música es una mezcla de indie, garage y rock, si bien en los últimos discos (y tienen siete ya) han apostado también por incluir sonidos electrónicos. Desde luego, si algo consiguen estos cinco chicos es mover al público, pues sus canciones destilan energía y su directo es arrollador… O solía serlo.

Me explico: he tenido el placer de verles dos veces en mi vida, la primera en el Low Festival en 2011, y la segunda el pasado 31 de octubre en el MAD! Live. La primera vez quedé encantado, completamente enamorado de su directo. Tenían bailarines, percusión (además de la batería), y hasta una pequeña orquesta. Eso, unido a la alternancia de voces (son dos los cantantes), a la sobredosis de ¿Red Bull? que llevaban todos, y a la entrega del público, le otorgaron a la experiencia un rotundo sobresaliente.

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Björn Dixgard y Gustaf Norén, las dos voces de Mando Diao

Pero la cosa cambió la pasada noche de Halloween, noche en la que se dice que siempre pasan cosas raras. La verdad es que nos lo olíamos: vistos sus dos últimos discos, mucho más oscuros, tranquilos y con ribetes electrónicos, el personal intuía que no se iba a repetir lo de 2011. Y así fue: un concierto correcto, pero mucho menos arrollador, adrenalínico (sí, me he vuelto a inventar una palabra), que el de Benidorm. Y pasaron cosas raras, ya lo creo. Cantaron una canción a dueto con Zahara (ya me diréis que pintaba ahí). Original sí que fue, sí, pero poco más.

Menos mal que los escandinavos siguen teniendo un repertorio de auténticos hits que hicieron las delicias del respetable (respetable al que respetaron poco, por cierto, los de la organización, quienes decidieron que 10€ por una maceta de cerveza era un precio más que perfecto) y animaron el cotarro hasta niveles aceptables.

Y de este repertorio de hits voy a destacar tres: en primer lugar, la canción que terminó por lanzarles al estrellato y que probablemente a todos os suene: ‘Dance With Somebody’:

Y, en segundo lugar, dos de mis favoritas, ‘Long Before Rock n Roll’

Y ‘You Can’t Steal My Love’

Kensington: primeros grandes desconocidos del día de hoy. Vienen de Utrecht, Holanda, y son el típico grupo que, si nadie te los recomienda -como me pasó a mí (thanks Emma Carpay)-, probablemente nunca llegarías a escucharlos. Y probablemente te arrepentirías mucho de ello.

También son el típico grupo que, por calidad y tono de voz, podrías confundir con otro si no escuchas la canción atentamente. De hecho, la primera vez que los escuché, pensé: ¿nueva canción de Kings of Leon? ¡Qué bien suena! Pero no, no era Kings of Leon. Pero sí, sonaba muy bien.

2 EP’s y tres discos de estudio les ha dado a estos cuatro holandeses, que tienen ya cierto nombre en el centro de Europa, para presentar estos temazos:

‘Streets’

‘War’

Y ‘Home Again’

La Vela Puerca: llegó el turno de los hispanoparlantes. Hablar de los uruguayos La Vela Puerca es hablar de toda una institución del rock y del ska en Latinoamérica. Es el ejemplo de grupo con más años que un bosque (empezaron allá por 1995) y que consigue, sin hacer mucho ruido, tocar año tras año por rincones muy alejados de su lugar de origen.

Más allá del gran cartel que tienen en Sudamérica, sobre todo en su Uruguay natal y en Argentina, estos ocho señores acostumbran a llevar sus guitarras, saxos, trompetas y parafernalias varias por todo el continente americano, y hasta por viejo continente. Curiosamente, además de en España, parada fija en sus giras internacionales, tienen bastante público en Alemania -están locos estos germanos-.

Si hablamos de nuestro país, probablemente nunca podamos decir: ‘ Tío, ¿sabes que La Vela Puerca tocan el sábado en el Calderón?'; pero sí podemos afirmar, por ejemplo, que este mismo mes de abril hacen gira por cinco ciudades españolas, incluyendo una parada en el Viña Rock. No, no tocan en estadios de fútbol, sino que se conforman con salas de unas pocas cientos de personas; pero, ¡anda que no me gustaría a mí tocar en Uruguay, delante de 400 almas -200 de las cuales, más o menos, serían mujeres, 100 de las cuales, más o menos, serían guapas-!

En cuanto a su música, podemos afirmar que La Vela Puerca aúna letras con mucho mensaje y música bailable y ‘saltable’, como todo buen ska; pero sin olvidar los riffs de guitarras, las melenas y los ritmos rockeros. Es decir, un buen batiburrillo, altamente recomendable, que sintetizo en estas tres canciones:

‘El Viejo’:

‘De Atar’:

‘Haciéndose Pasar Por Luz’:

The Cat Empire: cogemos un avión, un canguro, un koala, un boomerang y un aborigen y nos vamos hasta Australia para conocer a este septeto que tiene la habilidad de mezclar rock, ska, jazz, funk… La cosa cambia según el disco y según la canción, pero el resultado es siempre el mismo: música de puta madre.

Si bien llevan también lo suyo en esto de la música (tocan juntos desde 1999, con 6 discos grabados); no pisaron nuestro país hasta el año 2013, después de una gran labor de presión de su club de fans en España. Pero, tal fue el éxito (agotaron entradas en Barcelona, cambiaron de sala y volvieron a agotar), que volvieron al año siguiente, esta vez con parada también en Madrid. Y, como no hay dos sin tres, este verano estarán también en el  BBK, ocupando, eso sí, una posición en el cartel que está muy por debajo de su calidad musical y la energía que derrochan en el escenario, pues por ahora parece que les han situado en  la quinta fila.

Esperemos que una buena actuación delante de decenas de miles de personas, tocando al lado de gigantes como Muse o Mumford & Sons, les ayude a situarse en las más altas cotas del panorama musical internacional. Para todos los que no tengáis la suerte de ir al BBK, y para aquéllos que vayáis a ir y no los conozcáis, incluso para los fans más incondicionales, aquí os dejo mis canciones favoritas de los del imperio del gato:

‘Steal The Light’

‘Call Me Home’

‘Hello, Hello’

The Sun: ciao, Italia! Nos vamos a despedir de este largo post con un grupo al que no conocen ni en su país natal, y no es broma. Durante mis 10 meses ¿estudiando? en Turín, hablé con muchos italianos sobre este grupo, y absolutamente ninguno había oído hablar de ellos. Eso sí; en su ciudad, Thiene (provincia de Vicenza), son todo unos ídolos, según me ha podido confirmar una amiga oriunda de allí.

Como curiosidad, y a la vez como ejemplo de lo desconocidos que llegan a ser, puedo contar que, allá  por 2006 o 2007, mientras hacía cola en la sala La Sal de Madrid para entrar en su concierto (todavía se llamaban Sun Eats Hours, cantaban íntegramente en inglés y tocaban puro punk-rock), salieron los 4 miembros de la banda, cámara en mano, a flipar con la cantidad de gente que había esperando para verles. Y eso que éramos 100 como mucho, no os creáis.

El caso es que, en el año 2010, después de más de 10 años haciendo el cafre bajo el nombre Sun Eats Hours, decidieron pasar a denominarse The Sun, cantar en italiano y adoptar un estilo mucho más suave, que pudiese llegar a más oídos. ¿El resultado? Hombre, no es una maravilla digna de entrar en el Hall of Fame de la música, pero sí que han salido un puñado de canciones de buena calidad y dignas de ser escuchadas.

Sé que no voy a llevarlos directos al Rock In Río con estas palabras, pero espero que alguno de vosotros, españoles Erasmus en Italia, Erasmus italianos en España que, no sé cómo, podáis llegar a leerme, o simplemente eternos buscadores de nueva música, les deis una oportunidad a estos simpáticos italianos:

‘1972’

‘L’alba che Voui’

Y, para los más punk-rockeros, un par de temazos de su época como Sun Eats Hours:

‘July 27th’

‘Spain’ (sí, se nota que nos quieren mucho)


‘Hola, somos un grupo de puta madre y no somos británicos ni estadounidenses’

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