Después de la derrota de Dinamarca, Holanda encaraba con cierta fe el partido ante Alemania, también animado por la poca contundencia que los de Löw mostraron ante Portugal. Un partido entre dos teóricas candidatas con mucho en juego y que por ello hacía pensar que se pudiera ver lo mejor de cada una de ellas. Alemania fue sumando puntos en cuanto a su status, pero Holanda no logró mejorar su imagen en conjunto a pesar de algún destello individual. Pero demasiado poco como para tomarla en serio.
Ambos equipos repetían onces y fue Alemania la que tomó la iniciativa mientras que el equipo de Van Marjwik confiaba en robar y lanzar rápidamente la contra con fases de combinaciones por carril central donde acababa muriendo antes de crear peligro real. Y todo esto fue hasta que Mario Gómez quiso. El ariete del Bayern aprovechó un rápido pase de Schweinsteiger para dibujar un control digno de un ballet nacional y batir con velocidad a Stekelenburg. Su fantástica maniobra ponía por delante a Alemania que hasta el descanso brindó los mejores minutos del partido y aprovechó el buen momento de Gómez para volverle a habilitar dentro del área y ver cómo cruzaba con violencia un balón hacia la escuadra del palo largo ante un Willems que no ha justificado hasta ahora la confianza que se tiene en él.
Con 2-0 y una Holanda impotente se llegó al descanso donde parece que hubo arenga para unos tulipanes que se mostraron más ambiciosos y quisieron discutir el dominio a un equipo germano que concedía lo necesario para buscar el tercero. Pero Holanda volvía a confundir la velocidad con la precipitación y a pesar de acabar las jugadas lo hacía siempre en situaciones poco favorables hasta que en el 73' Van Persie regaló una maniobra marca de la casa recibiendo en la izquierda y buscando rápidamente la frontal para recortar distancias de seco latigazo. Un rayo de esperanza que no encontró continuidad mientras que cada minuto que pasaba parecía un clavo más en el ataúd de las expectativas naranjas ya que el marcador, a pesar de sus ganas, no se movió y ni tan siquiera tuvimos que ver a Alemania sufrir.
Holanda: Sketelenburg; Van der Wiel, Heitinga, Mathijsen, Willems; De Jong, Van Bommel, Sneijder, Afellay; Robben y Van Persie. También jugaron Van der Vaart, Huntelaar y Kuyt.
Alemania: Neuer; Boateng, Hummels, Badstuber, Lahm; Khedira, Schweinsteiger, Özil, Podolski, Müller; Gómez. También jugaron Reus, Kroos y Bender.
foto: thenational.ae