Revista Cine

‘Holocausto Caníbal’, atroz, desgarradora y (un poco) desagradable

Por Cinéfilo Criticón @cinefilocritic

Antes de comenzar este artículo quisiera pedir una disculpa pues me he retraso considerablemente en la periodicidad del ciclo de cine de terror, mismo que iba a comprender únicamente el mes de Octubre (por obvias razones) pero que ahora se ha extendido hasta Noviembre, mes en el cuál finalizará. La película que hoy nos ocupa es no solo una de las más controversiales de la historia del cine sino también un referente en el género found footage, mismo que popularizó El proyecto de la Bruja de Blair a finales de los años 90´s. Lo cierto es que ya antes otros cineastas y artistas (porque eso son) habían sembrado la bases narrativas para este tipo de relatos, siendo Holocausto Caníbal quizás la más importante de todas.

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La película dirigida por Ruggero Deodato es una producción italiana, hablada en inglés y ambientada en la selva de Colombia (si, así como leyeron). La idea del idioma se debió a que una película hablada en inglés es mucho mejor distribuida que una hablada en italiano o español. Es la verdad, ayer y hoy. En cuanto a que se consideré una película italiana se debe principalmente a que varios actores son en realidad de aquella nacionalidad y por fortuna dominaban a la perfección el idioma ingles, algo que Deodato agradeció eternamente. Pero ahora, centrándonos en el legado de ésta película, ¿es en realidad tan importante y trascendente como la historia la cataloga? ¿O es otra pérdida de tiempo ante una película que ha envejecido con el paso del tiempo? Me decanto por lo primero, definitivamente.

Holocausto caníbal está dividida en dos partes visiblemente interesantes: por un lado tenemos a un grupo de jóvenes cineastas que pretenden realizar un documental sobre el Amazonas y diversas tribus que ahí habitan y que han sido presuntamente catalogadas como caníbales; por otro lado, tenemos a un antropólogo (interpretado por Robert Kerman) que es enviado al mismo lugar donde fueron los jóvenes, esto debido a que los últimos han desaparecidos y se cree que han sido devorados por los caníbales, por ende Kerman se sumergirá en el corazón de la selva para descubrir de una vez por todas qué fue lo que pasó con los documentalistas.

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La primera parte de la película (la búsqueda de los documentalistas) no luce realmente como nada innovador ni tampoco aterrador, al contrario, parece algo muy genérico y ya visto con anterioridad en infinidad de películas salvo por un pequeño detalle que salta a la vista: la muerte real de un animal. Bueno, eso y la mutilación vaginal de una mujer provocada por una piedra en forma de pene. Pero vamos, no es algo tan horrible, al menos no de la forma en la que está filmada aunque si podría resultar algo incomodo y desagradable para aquellos de estomago sensible. Sin embargo, esos dos detalles que menciono son solamente el principio del verdadero horror que el filme trata y que aborda de una manera muy compleja e inteligente.

La cosa es así: los jóvenes han sido asesinados. El antropólogo encuentra el material fílmico que los cineastas grabaron y es en esta parte donde la verdadera película comienza, al menos aquella que trasciende. Resulta que los supuestos documentalistas eran en realidad una estafa, una mentira: manipulaban de manera despiadada los hechos y situaciones para su propio beneficio ( y por ende obtenían una mayor ganancia monetaria). Ahora, quizás muchos de ustedes se estén preguntando si esa no es la finalidad del documental, la de manipular la historia que el director quiere venderte. Por supuesto, pero nunca algo cómo lo que verán aquí. Deodato nos presenta finalmente la idea original de su película: la crueldad del hombre contra la naturaleza, incluidos animales y gente que la habitan. El hombre con poder, claro.

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Y es que Holocausto caníbal realmente va de eso: el ser humano y su despiadada naturaleza por destruir todo. Los jóvenes cineastas eran unos asesinos y despiadados infelices que mataron animales, violaron mujeres y quemaron aldeas de nativos, entre otras muchas cosas, todo esto con el fin de crear una historia “interesante” para poder vender en su documental. Y como justicia divina, adivinaron, son masacrados. Si eso no es venganza poética no sé cuál será. Y es que Deodato no se fue por el cliché clásico de “los pobres e inocentes jóvenes fueron asesinados por unos despiadados caníbales”. Fue justamente lo contrario. Y con ello llegamos a la gran lección que la película y el director querían: ¿Quiénes son realmente los monstruos? Me queda claro que nosotros, gente civilizada, así nos llaman. Y a los nativos que viven en la selva casi desnudos les llamamos incivilizados y una potencial amenaza. Increíble.

En lo que respecta a controversias y demás circunstancias, hay unos puntos que deseo compartirles. En primer lugar está el evidente maltrato animal (se dice que siete animales fuesen asesinados). Es evidente la postura del director al morirse con la idea (una muy extremista) de lo salvajes y peligrosos que son los humanos y por ende matan todo a su paso, incluyendo tortugas, monos y demás criaturas indefensas. Pero también salta la duda razonable: ¿era necesario mostrarlo? Digo, mostrarlo así de crudo y literal. Bien pudieron usar efectos visuales o maquillaje, y de paso librarse de demandas judiciales. En Italia, Deodato fue citado por un juez para que explicará las fuertes imágenes que se mostraban en la película pues pensaban que se trataba de una cinta Snuff (muertes reales filmadas). Si bien las únicas muertes reales fueron de animales, tanto el juez como mucha gente por aquél entonces realmente creyó que los actores (los jóvenes documentalistas) y uno que otro nativo fueron asesinados en realidad. De ahí el impacto que tuvo la película aún hasta nuestros días. Realismo, así le dicen.

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En segundo lugar, retomando lo del párrafo anterior, podemos encontrarnos el otro tipo de abusos que trata el director: sexuales. Aquí no encuentro mayor problema, pero nunca falta alguien que se desgarre las vestiduras. Y es que los abusos explícitos que se pueden ver (violación, destrucción vaginal y hasta un pene cercenado) están bien fundamentados narrativamente y sirven para reforzar el impacto visual de la película. A diferencia de las muertes animales, que aún sigo pensando que pudieron haberse evitado, los crímenes sexuales lucen desgarradores y potencializan la crudeza que trataron de recrear. Es así pues que Holocausto caníbal se erige como una gran película del género del terror, concretamente del found footage, y que sirve de plataforma para que nuevos directores vean otras formas de contar una historia de humanidad y venganza. Si no la han visto, denle una oportunidad. Eso si, procuren que su madre no esté a mil kilómetros a la redonda.


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