Revista Opinión

Hombre: expresión de curiosidad

Publicado el 04 enero 2018 por Carlosgu82

El ser humano es una criatura muy particular. Pensemos en su capacidad para incorporar la información, la habilidad para llevar a la práctica lo aprendido en una inmensa variedad de circunstancias, la facilidad para transmitir el conocimiento a los prójimos, todas cualidades que resultan ser superiores a las del resto de organismos conocidos (signo de una mayor evolución).

Hombre: expresión de curiosidad

Chef maestro dando cátedra a alumnos.

Ahora bien, ¿qué parte de la información recolectada nos resulta realmente útil en el día a día?

Digamos, ¿por qué a alguien le interesaría el hecho de que el agua al congelarse se expande? Ese alguien difícilmente se verá involucrado en situaciones que merezcan utilizar esta noción, a menos que se trate de un profesional de la química (o de la física) o un trabajador vinculado a temas relacionados con las transformaciones de la materia.

Además los expertos indican que el cerebro humano es similar a la memoria física de una computadora, en cuanto a que no hay evidencia que sostenga la idea de que su capacidad de almacenamiento es ilimitada, como se pensó por mucho tiempo.

Hombre: expresión de curiosidad

La red neuronal se asemeja al circuito electrónico de un disco duro.

De hecho, pruebas fehacientes muestran que las nuevas ideas tienden a desplazar a las antiguas.

En consecuencia, ¿para qué aprender algo que no nos sirve?

La respuesta la obtenemos haciéndonos la pregunta: ¿verdaderamente no nos sirve?

Pensemos en el caso hipotético en el cual un conocido pretende dedicarse a la química de la materia y los cambios que esta experimenta. Debido a que está empezando a indagar aún no sabe que el agua se expande al congelarse. Nosotros, si conocemos ese detalle, podemos comunicárselo y de esta forma contribuir en su formación.

Por lo tanto, conocer acerca de un tema, por más que no nos interese o no sea puesto en práctica diariamente, nos da la posibilidad de instruir a un tercero que sí está interesado.

Es decir, saber nos permite actuar como maestros sin tener preparación formal.

Hombre: expresión de curiosidad

Agricultora enseñando a plantar.

Por más que el saber ocupe lugar, el hombre es un ser curioso por naturaleza inmerso en la constante búsqueda de entender cómo funciona el mundo.

Hombre: expresión de curiosidad

Es esta curiosidad la que le permitió transformar la naturaleza y mejorar su calidad de vida, aumentando considerablemente sus posibilidades de supervivencia.

Entonces, si la curiosidad es natural en nosotros, ¿para qué resistirnos?

Hombre: expresión de curiosidad

Eso es todo.

¡Gracias por leer!


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