El segundo año (de mediados del 2010 a mediados del 2011) los trabajos mierda fueron sustituidos por clases particulares. Ganaba lo mismo por 15 horas intentando que japonesas no me rozaran con su pierna por debajo de la mesa intentando enseñarles castellano, que con 35 horas a la semana pasando frio y dolor.
Y este plan hasta finales del año pasado, cuando tuve un par de contratos firmados con el nombre y el sello mio y de un jefe serio.
-Jordi, no hace falta decirte que debes seguir siendo pobre para el estado japonés, ¿no?
-No te preocupes.
Pero yo, además de imbécil, soy demasiado buena persona (¿verdad que si? si si, a ti te lo digo) y la gente se aprovecha de mi (idem de idem) por lo que la cagé diciendo la verdad a hacienda y al gobierno japonés.
Pasé de ganar 1.500 euros mensuales de estranguis, a ganar mil más pero (ahora viene lo bueno) teniendo que pagar un tercio de todo lo ganado a la administración nipona (si, esa que te proporciona todas las obligaciones pero ningún derecho como extranjero).
Si eres un crack del business y después de pagar todo te queda para tu disfrute el doble de lo que ganarías en tu país, olé tú! Pero este no es mi caso.
Me convertí de un pobre trabajador de sol a sol que ganaba una miseria, a un pobre trabajador de sol a sol que gana una miseria por su culpa. Eso si, cumplo con mi deber.
Me pregunto lo que la gente debe ganar a final de mes para que puedan gastar tanto en ellos mismos, si es que declaran correctamente.
Ay Jordi Jordi... ¡hay que ser un poco más hijoputa y tener un poco más de picaresca en esta vida si no la gente se aprovecha de ti! Aquí, en Japón y en la conchinchina (o en Marte, que viene a ser lo mismo).
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