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"Hombre sobre una escultura" de Álvaro del Olmo

Publicado el 08 abril 2016 por Librosquevoyleyendo @librosqvleyendo

Ésta es la vida de un grupo de amigos (un fotógrafo, una actriz y el crupier de un casino) que acompañarán a Hércules Degard, protagonista y narrador, en su extraño intento de transformar la sociedad a través del arte.

Los sueños y la vigilia de Hércules se entremezclan así con una sutil operación de desfalco que se verá amenazada por la pronta aparición de una antigua musa del protagonista, que encierra más de un misterio.

Álvaro del Olmo nos ofrece con su primera novela, una apuesta brillante; una creación curiosa, inquieta y provocadora. Una magnífica obra, sin un lugar ni tiempo definidos, que nos sorprende con un estilo arriesgado y original que será difícil de olvidar.

Datos Técnicos

Editorial: Rayo verde

Leí Rayuela un poco tarde, quizás, y tras su lectura me invadió la sensación de que era tan perfecta que quizás ningún libro posterior iba a ser capaz de emular lo que transmite, esa sensación de perfección de fondo y forma. Con Rayuela sentí que ese ambiente descrito entre las calles de París y Buenos Aires era único, fruto de una pluma tan culta como la de Julio Cortázar. Pues bien, esta idea de que Rayuela se terminaba con Rayuela se ha roto hace unas semanas, cuando me aventuré en la lectura de un libro magnífico de la Editorial Rayo Verde, y escrita por un joven de poco más de treinta años, Álvaro del Olmo. Hombre sobre una escultura es literatura exigente, erudita, y con mucho sentimiento, que cuenta las vivencias de un grupo de cuatro amigos que pasan por una serie de aventuras, que llevan a que en cada capítulo reflexionemos sobre la función del arte, y su desvalorización en la actualidad.

Álvaro del Olmo utiliza la técnica del monólogo interior, de los pensamientos que corren por la mente de Hércules Degard, un crítico de obras teatrales, que hace informes para el ayuntamiento y valora la posibilidad o no de subvención. En medio de estos escritos tan aburridos, él busca la trascendencia. A diario, y en los pequeños detalles, busca objetos y vivencias que construyan el arte que tanto admira. En medio de esa búsqueda y de los encuentros con sus amigos, aparece Oko, una antigua novia, que le trastoca todos los planes, e interrumpe lo que hasta ese momento era su modo de vida y su mundo interior.

Estamos delante de una novela exigente, a la altura de lo mejor de Cortázar y Borges, como ya me habían advertido. El argumento no destaca por su brillantez, lo que hace esta obra como arte son las conversaciones, la ciudad y sus cafés y el entorno, en el que se sumergen los personajes buscando su modo de vida.

Hombre sobre una escultura es un título que, según el autor, le surge un día con la idea de ser el título de un cuadro, y el inicio de la novela lo escribió un día como otro cualquiera, en el que había quedado en un café de Madrid con su entonces novia, la cual llegó tarde, como siempre. Álvaro llevaba una libreta, y ahí empezó con los esbozos de lo que serían las tres primeras páginas de este novelón.

La novela se puede entender de muchas formas, como una reflexión del arte, pero también como un continuo fluir de la vida de cuatro amigos que se juntan y hablan de todo un poco, al estilo Rayuela. La brillante pluma de este escritor, y sus múltiples influencias cinematográficas, pictóricas y literarias, hacen que me atreva a lanzar desde aquí una modesta idea: será un nombre que no pasará (o no debería de pasar) inadvertido en el panorama narrativo español actual.


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