A sus 61 años, Juani Santos ha cumplido el sueño de ser un hombre “normal” tras convertirse en uno de los transexuales pioneros de las cirugías de cambio de sexo en Cuba, aprobadas por el Gobierno de Raúl Castro en junio de 2008.
De constitución pequeña y bigote, Santos explicó en entrevista con EFE que fue operado a inicios de este año y es uno de los dos transexuales cubanos que han cambiado su sexo de mujer a hombre mediante las operaciones promovidas por el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex).
“Fue lo que toda mi vida anhelé, era lo que necesitaba como persona. No hay nada más maravilloso que poder identificarme como un hombre normal porque yo soy un hombre heterosexual”, dijo Santos, quien nació y vivió durante décadas con el nombre de Juana en la provincia de Matanzas.
En realidad, Santos se las ingenió para ocultar y modificar ese nombre por el de Juani con la misma entereza con que rompió todos los vestidos que su madre intentó que usara y afrontó las burlas por su condición de transexual.
“Yo me he considerado siempre, desde que nací, un varón. Nunca me creí un homosexual. Mucha gente pensaba que sí lo era y eso me ofendía”, relata.
Según recuerda, pasó su infancia adorando a su padre, vistiendo pantalones y jugando sin camisa y sin zapatos con los chicos del barrio en plena calle.
Abandonó la escuela en quinto grado, cuando le exigieron usar uniforme femenino, y de adulto continuó sus estudios gracias al apoyo de un jefe que convenció a los maestros para que lo incluyeran en las listas como “Juani” y sepultaran su nombre de pila.
“Hubiera querido ser ingeniero, pintor, restaurador. Pero mi nombre me dificultó mucho las cosas”, indica Santos, quien trabaja en una fábrica de metales de Matanzas desde 1970.
Ese año marcó en Cuba el inicio del periodo conocido como “quinquenio gris” por la “caza de brujas” contra intelectuales y artistas acusados de homosexualidad o “desviacionismo ideológico” y que recrudeció la homofobia en el país.
Al narrar su vida, Santos intenta omitir los sinsabores y se centra en quienes lo han querido y ayudado, desde su familia y compañeros hasta Mariela Castro, directora del Cenesex e hija de Raúl Castro.
Santos viajó en 2009 junto a Mariela Castro a Copenhague para representar a Cuba en la Conferencia Internacional LGTB (gays, lesbianas, bisexuales y transexuales) sobre Derechos Humanos, y asegura que en 2004 la especialista le prometió que lograría su cirugía de cambio de sexo.
Y así sucedió. Hace tres años, el Gobierno aprobó una resolución para permitir esas operaciones, donde solo existía el precedente de una cirugía de hombre a mujer en 1988.
En 2008 se divulgó que unos 30 transexuales podrían ser beneficiados con el procedimiento gratuito, en caso de desearlo, y ese mismo año comenzaron las cirugías de masculinización y feminización, previas a las de modificación sexual, a cargo de un equipo asesorado por especialistas belgas.
Mariela Castro dijo a la prensa en 2010 que ya se habían realizado unas 15 cirugías, a pesar de su política expresa de no divulgar los costos ni la cifra exacta de operados hasta llegar a la meta de 30.
Leal a esa estrategia, Juani Santos no da más detalles sobre su operación, solo precisa que fue a inicios de este año en La Habana y que aún le faltan otras “más sencillas”.
La cronología de su transformación comenzó en 1978 con una primera operación para reducir pecho, y una década después vivió un importante cambio cuando el Cenesex facilitó que le modificaran el nombre de pila en su documento de identidad.
“Con el cambio de nombre recuperé a parte de mi familia. Fue un alivio”, resalta Santos, quien ve a su hermano mayor de 67 años, Fernando, como un ejemplo de lo que sucedió.
Fernando llegó a pensar que la actitud de Juani era una “aberración” y en su infancia le prohibió usar pantalones y quemó todos los que guardaba en el guardarropa.
Pero en los últimos tiempos es él quien ha acompañado a Juani en el tratamientos y cirugías y habla con la prensa con el mismo valor que lo hace su hermano.
“Para nosotros, la mujer a la que él sustituyó, murió. Cuando alguien a quien conocemos desde hace años nos pregunta por ella, decimos que falleció, porque murió espiritualmente”, explica a EFE Fernando.
Santos solo lamenta que en Cuba no se apoye más el “maravilloso” trabajo que ahora lidera Mariela Castro y espera que las reformas legales que intenta a favor de los derechos de los homosexuales y transexuales se concreten pronto, para que otros no sufran lo mismo que él.
Nota de Prensa de Cenesex Cuba