Revista Cultura y Ocio

‘Hombres fuera de serie’

Publicado el 11 junio 2014 por Joaquín Armada @Hipoenlacuerda

Los Soprano

Llegué a conocer a Tony mejor que a algunos de mis amigos. Sabía que era temible, que no dudaría en matarme con sus propias manos si le convenía. Pero también que atravesaría todos los límites que yo nunca cruzaré, que gozaría de una sensación de estar vivo más real que la de la mayoría de las personas. ¿Cuántas horas había pasado con él? Ni siquiera 86, pero se habían dilatado durante ocho años, mientras él y el actor que lo interpretaba envejecían al mismo ritmo que yo. Sonaba Woke up this morningy empezaba la diversión.

Brett Martin comienza su estupendo ‘Hombres fuera de serie’ con la huida de James Gandolfini durante un rodaje de la tercera temporada de Los Soprano’. El gigante no se presenta en el aeropuerto que tanto ha costado alquilar. Tarda días en dar señales de vida. Como Tony Soprano, Gandolfini había sentido un irrefrenable deseo de escapar. Le habían dado una oportunidad única, un personaje ambiguo y complejo, un asesino cuya vida era tan incierta como la suya. Nunca a ningún actor se le dio tanto y se le exigió tanto al mismo tiempo. Nadie del equipo se habría sorprendido si James Gandolfini hubiese reaparecido en albornoz.

Los Soprano’ se estrenó el 10 de enero de 1999 y cambió para siempre la historia de la televisión. Desde entonces, la cortinilla de niebla televisiva de la HBO – hasta entonces una modesta televisión por cable – anunció la llegada a nuestro salón de historias fascinantes que seguimos durante semanas, meses y años, yonquis de una forma de contar que acabó con las historias de 45 minutos y que hizo que la pantalla chica venciera a la grande para siempre. Cuando Gandolfini falleció, con tan solo 51 años, me dolió porque nos habíamos quedado sin un actor inmenso… y porque sentí que la muerte había atrapado por fin a Tony.

Tony Soprano Gandolfini

Brett Martin cuenta cómo y, sobre todo, por qué, surgieron ‘Los Soprano’, ‘The Wire’, Deadwood’, ‘A dos metros bajo tierra’, Breaking Bad’, ‘Mad Men’ Tras ellas estaba un trío de reyes con nombre de pastor bíblico – David Chase (‘Los Soprano’), David Simon (‘The Wire’) y David Milch (‘Deadwood’) -, el guionista de ‘American Beauty’ y uno de los guionistas de ‘Expediente X. Si algo deja claro en su libro Martin es que estos tipos tan complejos como sus personajes se convirtieron en auténticos mandones, creadores más poderosos que los grandes directores del Hollywood clásico. Sólo ellos tenían la fórmula mágica.

Transformar una idea en un episodio, eso es lo complicado – le cuenta a Martin el problemático David Chase – (…) Para mí, el trabajo de creación de una historia es eso: resolver un rompecabezas. Pero me iba solo al sofá y ellos hablaban. Y entonces, era como si de repente tuviera una idea, aquella idea. Es como la música. Veo dónde están los picos y los valles: “Esto va así, así y así”. Y me levanto, voy a la pizarra y pimpam. “Y entonces estoy luego aquello”. Es muy impresionista. Corres realmente rápido. A veces es como un estallido. Ya está. Tienes catorce escenas. No sé cómo funciona, pero sucede”.

Si ‘Los Soprano’ se convirtió en un retrato de la familia estadounidense a través de la vida de un mafioso de Nueva Jersey, ‘The Wire’ – la heredera del trono – amplió el foco para retratar a través de la ciudad de Baltimore la decadencia del sistema capitalista en Estados Unidos. “El verdadero milagro de ‘The Wire’ – escribe Martin – es que, con sólo algunas excepciones al final, superó el pedante orgullo de sus creadores para convertirse en uno de los mayores logros literarios de principios del siglo XXI”.

 

Pero lo que nos cuenta Martin es que ni el experiodista ni el expolicía que la crearon mano a mano – David Simon y Ed Burns – eran conscientes de la colosal empresa que habían emprendido al iniciar la serie. Simon, Burns y los novelistas que ficharon como guionistas –Pelecanos, Lehane, Price – lograron retratar toda una ciudad, desde las capas más invisibles a la cúspide del poder. Nunca una serie había exigido tanto el espectador como The Wire’ y nunca una serie nos había dado tanto después.

Si le preguntas a la audiencia, siempre te pedirá helados – dice Simon a Martin – . “Tienes que comer verdura”, dices. “No, quiero un helado. Dame otro helado. La última vez me diste un helado y me gustó”. La audiencia es como un niño”. El helado tardaba capítulos en llegar, mientras las tramas crecían de una forma realista, pero cuando llegaba lograba hacerte sentir espectador de una obra única. Como cuenta Martin, “en algunos círculos, no haber visto ‘The Wire’ se convirtió en una terrible infracción del protocolo social”. ¡Que se lo digan a los políticos que quisieron pactar con Jón Gnarr, el cómico que llegó a ser alcalde de Reikiavik!

Hombres fuera de serie’ está llena de anécdotas divertidas, pero sobre todo es un análisis profundo de unas series de televisión que nacieron para entretener y lograron convertirse en obras de arte. Martin logra que volvamos a ver escenas que creíamos olvidadas y al hacerlo despierta el deseo de volver a ver a Tony Soprano, a recorrer las calles del Baltimore más degradado con Bunks y McNulty, a volver a ver la metamorfosis de Mr. Chips en Scarface que logra hacer creíble Bryan Cranston en Breaking Bad’… a volver a visitar nuestras vidas.

Walter White y familia

‘Hombres fuera de serie. De Los Soprano a The Wire y de Mad Men a Breaking Bad. Crónica de una revolución creativa’. Brett Martin. Ariel. Barcelona, 2014. 400 páginas, 22,90 euros.

Pd.: En este enlace podéis leer el primer capítulo.


‘Hombres fuera de serie’

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