Revista Educación

Hombres que explican cosas

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Hombres que explican cosas

Llegué hace unos días, de enlace en enlace a través de Twitter, a un libro cuyo título me llamó la atención: Los hombres me explican cosas, de la estadounidense Rebecca Solnit. No es nuevo, lleva ya tres años en el mercado, pero yo no había oído hablar de este ensayo sarcástico, incisivo y veraz que etiquetó por primera vez, dicen algunos, un fenómeno, el mansplaining (hombres que explican), que realmente no es otra cosa que reflejo del machismo y la actitud paternal que aún impera en nuestra sociedad.Hombres que explican cosas

Me enganchó de entrada la anécdota que, según la propia autora, dio pie al libro. Se trata de las explicaciones que con frecuencia da un hombre a una mujer con cierto tono condescendiente porque, al margen de cuánto sepa él sobre el asunto, entiende que siempre sabrá más que ella. Así, Solnit contaba que en una fiesta a la que había acudido con una amiga conoció a un hombre con el que entabló una conversación sobre libros. Mientras ella le contaba la temática de algunos de los que ella había escrito, la interrumpió para preguntarle si había leído precisamente uno reciente del que empezaba a dar detalles, presumiendo de estar a la última en el mercado literario. Resultó que ese libro lo había escrito ella misma y al final él solo había leído una reseña en la prensa, pero hablaba de él haciendo ver su gran conocimiento.

El 'mansplaining' se refiere a cuando un hombre explica algo a una mujer de manera condescendiente, porque, con independencia de cuánto sepa sobre el tema, siempre cree que sabe más que ella

Me acordé entonces de una ocasión en que estando en un bar, una noche de aquellas en las que salía -ay, aquellas noches-, un conocido negó que para ser periodista hubiera que estudiar en la Universidad. Claro, por supuesto, y para ser filósofo tampoco, le dije, sabiendo cuál era su especialidad. Insistió entonces, con un paternalismo vomitivo, que él era perfectamente capaz de escribir noticias y trabajar con éxito en un medio de comunicación. Evidentemente, aquella conversación acabó ahí, no tanto porque no quisiera rebatirle a aquel terrible narcisista algunos de sus argumentos, sino porque en su afán explicador me pasó la manita por el hombro y tuve que decirle "tío, que no eres mi padre".

Independientemente de que se produzca esa explicación con condescendencia, me pasó también con un jefe, que se sorprendió de ciertos conocimientos que tenía sobre un asunto sobre el que iba a escribir ese día. Sí, claro, me faltó decirle que solía documentarme lo mínimo para escribir sobre cualquier cuestión. Eso hoy no me pasa, lo de quedarme callada, digo, pero me pilló la etapa inicial y claro...

La propia Solnit comentaba en el prólogo de su libro que en aquella ocasión estaba tan absorta al escuchar a aquel hombre que iba de importante que tuvo que ser su amiga la que le espetó que el libro del que él les estaba hablando lo había escrito la persona que tenía delante.

Supongo que la falta de respuesta eficaz y a tiempo nos pasa a muchas, aunque cada vez menos, porque cada vez aguantamos menos estupideces. La clave ahora es dar un zasca a un mansplainer con cara de boba, que debe reventar más. En fin, que supongo que hombres explicadores quedan bastantes, lo que hay que trabajar es cómo hacerles frente, convertirnos en eficaces womenreplying o algo así.

Les dejo en este ENLACE las primeras páginas del libro, reproducido por El País.


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