Revista Pareja
Así son ellos
El hombre es más cerebral. Su pensamiento discierne de forma lineal planteándose unas premisas y llegando a sus conclusiones. No sabe mover un dedo sin saber porqué. Le interesan los datos escuetos con el menor número de adornos. Se siente atraído por las ideas. Son su motor. No obstante, como se maneja muy bien en ese mundo de las abstracciones, puede confundir a veces ideas y realidad.
Así son ellas
La mujer es eminentemente intuitiva. Ve las cosas y las personas desde el interior. Piensa con el corazón, eso la lleva a comprender a los demás sabiendo captar los sentimientos y deseos. Sabe buscar a las personas que hay detrás de cada hecho. Pregunta antesquién se ha caído, quequé se ha hecho. Su viva imaginación le permite reconstruir escenas y situaciones ante los acontecimientos con gran penetración y golpe de vista. Esa imaginación la lleva a valorar los hechos según la resonancia interior que le producen y a proyectarse en ellos. La herida del golpe del niño le duele a ella.
Más sobre el hombre
El hombre se siente atraído por la magnificencia, por la causa que es preciso servir. La realidad inmediata le sirve menos que las grandes corrientes de pensamiento y las perspectivas de futuro.
Aunque no tenga una actividad intelectual, desea conocer por dónde va el mundo. La mujer quizá no lee todos los días el periódico, pero hace la historia
El hombre difícilmente modifica una decisión después de tomarla. Se fija más bien en las tareas que en las personas y por ello defiende con tenacidad sus puntos de vista.
El hombre es agresivo, arrollador, tajante. Intenta vencer sin convencer. Sabe menos de tácticas y estrategias, cuando busca algo traza la línea recta como la más corta entre dos puntos. No sabe triangular. La mujer es más refinada, más acogedora y, en definitiva, más hábil. Conoce sus fuerzas, calcula sus oportunidades.
El hombre trata de vencer y la mujer trata de agradar. La mujer es más cambiante, más rica en matices, más adaptable a las circunstancias. La técnica del camaleón la utiliza con habilidad y certeza. De aquí que sea tan importante en el hombre escuchar más que hablar y traducir más que escuchar.
El hombre alcanzando un éxito profesional se asegura, se llena de fuerza y le desborda la satisfacción. Lo da todo por lograr una meta, por el triunfo sobre una dificultad. A la mujer le hace feliz la satisfacción que su trabajo produce en los demás. El trabajo mecánico le deprime y todo lo que significa relación con las personas le atrae. Pero ella sabe poner ilusión en lo pequeño, mientras que el hombre no ha descubierto que también lo menudo es hermoso.
Cuando una mujer se queja de que el hombre no cuenta en casa sus problemas profesionales no ha caído en la cuenta de que ése es un comportamiento estanco para él. Además no sabe expresarse, habla con monosílabos o frases sin sentido concreto.
La mujer necesita hablar de lo que ha hecho. Sea cual sea el precio de las tarifas telefónicas, es comunicativa y expresiva. Está deseando que el marido llegue a casa para contarle lascosasde los niños, de los vecinos, de los parientes. Le gustaría que su marido expresase más satisfacción por esa comida, aquella flor y traducecon un mal diccionariola falta de delicadeza como la falta de cariño.