HOMENAJE A JUAN LUIS DALDA EN LA ETSA de A Coruña

El próximo viernes día 13 a las 12:00 se va a celebrar un acto en memoria de Juan Luis Dalda. El homenaje al prestigioso urbanista gallego tendrá lugar en en el Salón de Actos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de A Coruña, y contará con la intervención de una serie de compañeros de la Escuela y de profesión, al mismo tiempo que se expondrán imágenes relacionadas con Juan Luis. 
Ramón López de Lucio, amigo y compañero de Juan Luis en el mítico Estudio de Urbanismo y Sociología Urbana (EUSyA), nos ha remitido un emotivo texto que leerá durante el acto que podéis leer a continuación.
Juan Luis Dalda Escudero, la génesis de una vocación y los primeros años profesionales ( 1966-1975)por Ramón López de Lucio
Yo quisiera recordar hoy a Juan Luis como miembro de una generación singular, la que ocupó las aulas de la Escuela de Arquitectura de Madrid en la segunda mitad de los años 60’ del siglo pasado. Singular por muchas razones: es la época de las nuevas bandas de rock inglesas y del arranque de la liberación sexual, de las revueltas estudiantiles parisinas (Mayo 1968) y del inicio de la descomposición del franquismo en España, de las manifestaciones callejeras en Madrid—se ha perdido el miedo a la policía del régimen—y de la contestación en las aulas universitarias.
En particular en la Escuela de Arquitectura se percibe y se articula una actitud diferente por parte de los jóvenes más inquietos, entre los que sin duda se encontraba Juan Luis. La desazón frente a lo que juzgábamos como esteticismo rampante en tantas asignaturas clave (Proyectos) conduce a una revalorización del Urbanismo por su carácter más social, más ligado a lo público, más comprometido políticamente.
Un triple interés conduce esa deriva:

• La construcción de una ciudad para todos y, en paralelo, de un espacio de libertades colectivas. La publicación en esos años del libro más famoso del sociólogo francés Henri Lefebvre, “le Droit a la Ville”/”El Derecho a la Ciudad” encarna perfectamente este espíritu.
• La crítica a la especulación inmobiliaria del primer “desarrollismo” que conduce inevitablemente a la destrucción de una parte significativa del patrimonio construido de pueblos y ciudades españoles, así como la banalización y ocupación extensiva de costas y periferias metropolitanas.
• El interés por el proyecto para la ciudad y para sus diferentes barrios y espacios públicos por encima del proyecto para la casa singular o el gran edificio exento representativo.

La búsqueda ansiosa de textos alternativos a las anquilosadas revistas profesionales de arquitectura, las discusiones interminables en el bar de la Escuela que juzgábamos mucho más relevantes que la asistencia a unas clases que oscilaban entre lo previsible y la retórica, con frecuencia ininteligible, de ciertos profesores más o menos iluminados, retratan bien el espíritu de esos años.

En esa coyuntura surge una oportunidad casi providencial y ajena por completo a la Escuela: nos enteramos de la existencia de la Escuela Crítica de Sociología (CEISA) fundada y financiada desde hace poco tiempo por un personaje asimismo singular, José Vidal Beneyto, muerto hace escasamente un año y al que creo de justicia rendir también homenaje en este acto. En CEISA se ofrece un espacio docente alternativo y libre a los profesores represaliados por el franquismo, entre ellosfiguras del prestigio de Aranguren, Tierno Galván o Agustín García Calvo.Dentro de este centrofunciona un Seminario de Sociología Urbana liderado por Mario Gaviria, un discípulo joven de Lefebvre, y por el arquitecto-urbanista Fernando de Terán, que sería más tarde director del Departamento de Urbanística de la Escuela de Madrid y director de las revistas Ciudad y Territorio y Urban en sus primeras etapas. Entre ambos combinan los intereses por la componente social de la ciudad y sus relaciones con las formas físicas que definen los instrumentos de planeamiento y diseño urbanos y los propios proyectos de la arquitectura residencial de masas.

Frente al desinterés que muestra la escuela de Arquitectura ante las grandes realizaciones públicas y privadas de la época (barrios como la Ampliación de la Concepción del promotor José Banús ó el Gran San Blas de la Obra Sindical del Hogar y la Arquitectura, ambos en Madrid y ambos ejemplos de la banalización de los ya de por sí discutibles preceptos del urbanismo racionalista), el tandem formado por Gaviria y Terán , con la colaboración de otro buen profesional, el arquitecto Alonso Velasco, se plantean precisamente estudiar, analizar y criticar tales realizaciones. La propuesta nos fascina y desde ese momento, finales de 1967, pasamos más tiempo en las aulas de la calle Zurbano y en las calles y descampados del Gran San Blas que en la Escuela.
Es precisamente ahí donde va a nacer una nueva generación de arquitectos-urbanistas (y también de algunos arquitectos de obra con una especial sensibilidad para los paisajes urbanos y la ciudad). La larga lista de colaboradores en el Análisis Socio-Urbanístico del Gran San Blas, que publicó en número doble especial la revista del Colegio de Arquitectos de Madrid ( nº 113-114,1968, ¡qué tiempos aquellos!, ¿desde cuándo las revistas profesionales españolas no se preocupan por analizar la realidad de lo que se construye mayoritariamente en nuestras ciudades?), es la verdadera acta de nacimiento de esa generación. En ella no se encuentra Juan Luis Dalda porque probablemente el trabajo coincidió con su estancia berlinesa, pero sí buena parte de los que poco más tarde serían sus compañeros enEUSyA, Estudio de Urbanismo, Sociología y Arquitectura, fundado en 1970. Entre esos nombres, además del firmante de estas líneas, se encuentran Carlos de la Guardia, Carlos Sánchez Casas, Felipe Peña Pereda, Isabel Boter, Ignacio Ugalde de Aldama, Antonio Sarabia, M. Seguí de la Riva, Agustina Herrero de Molina, Felipe Guerra, Lino Cubillo, Javier Navarro Zubillaga, Miguel Roiz y muchos otros.
El final de la Escuela, hacia 1970-71, coincidirá con la profesionalización colectiva de buena parte de los integrantes del antiguo Seminario de Sociología Urbana de Gaviria. Once personas iniciarán esa aventura colectiva bautizada como EUSyA, 6 arquitectos (Dalda, Peña, Sánchez-Casas, de la Guardia, López de Lucio, Barrado y Ugalde de Aldama), 3 sociólogos (Isabel Boter, Carlos Lles y Jaime Bibiloni) y J.Mª. López Iranzo. Aparte de las raíces gallegas de algunos de nosotros, se da la coincidencia de que enlazamos algunos importantes trabajos urbanísticos en Galicia desde el principio, quizás los Estudios Previos para el Plan Comarcal Ciudad de las Rías, brillante anticipación del arquitecto coruñés Albala, sea el más representativo. Junto a este una serie de Planes Generales de municipios pequeños y medios en Galicia pero también en Castilla la Mancha y en otros lugares. El grupo se muestra innovador asimismo en lo que probablemente fue el primer estudio de matriz ecológico-urbanística realizado en España para la ciudad y bahía de Santander, bajo los auspicios de la Fundación Botín; también enlazó con un grupo de arquitectos y otros profesionales catalanes ( Brau, Borja, Clusa,Valls, Herce entre ellos; componentes del influyente grupo llamado Centre d’EstudisUrbanistics, Municipals i Territorials) en lo que fue entonces un episodio normal de relación fructífera entre distintas regiones y nacionalidades peninsulares.
En 1975 se produce la diáspora y el fraccionamiento de EUSyA; de ahí surgirá el asentamiento en Coruña de Juan Luis Dalda y de Felipe Peña y, en lo relativo a Juan Luis, los inicios de la Oficina de Planeamiento, quizás hoy el grupo profesional más prestigioso de Galicia en lo que se refiere a los trabajos de urbanismo y de planeamiento urbanístico. Ambos se integrarían más tarde en la recién creada Escuela de Arquitectura de A Coruña.
Querría acabar, dando un salto hasta el presente, subrayando las semejanzas pero también las diferencias con la situación actual en la profesión y en las Escuelas de Arquitectura.

Una crisis gravísima de sobreproducción residencial y de sobreurbanización del territorio español pone acentos especiales a la crisis financiera y social global (rescates bancarios, paro, precarización del empleo, etc) que sufren tantos países. Ante ella las Escuelas de Arquitectura -y en general la cultura arquitectónica- parece que no tienen apenas nada que decir, inmersas en los diseños de élite que, por otra parte, están asimismo en crisis debido a las dificultades financieras de las instituciones públicas, sus principales promotores. ¿No es este el momento de replantearse los objetivos reales de una profesión para la que el servicio a los ciudadanos y a sus necesidades cotidianas debería ser la auténtica razón de ser? ¿No es la hora de asumir una reflexión crítica sobremodelos y preocupaciones que con demasiada frecuencia se perfilan como despropósitos que confunden a los alumnos y generan gravísimos problemas de gestión y financiación pública?( piénsese, ya que estamos en Galicia y en un acto de homenaje a Juan Luis Dalda, en la Cidade da Cultura de Santiago), ¿No es ahora más necesario que nunca volver a establecer acuerdos y sendas de investigación común entre las culturas arquitectónica y urbanística, en aras a un replanteamiento de los graves problemas que generan los nuevos paradigmas urbanos y territoriales?Pienso que estos son los temas que llevaron a Juan Luis Dalda a efectuar las elecciones éticas y profesionales que condujeron toda su carrera hasta hace pocos meses. Y pienso que el mejor homenaje que le podemos hacer hoy es preocuparnos por lo que ya no es una mera elección personal o una cuestión de gustos sino un imperativo económico, ecológico, moral y, ¿porqué no?, también estético, pero de una estética probablemente muy diferente que la que aún es mayoritaria hoy en nuestras Escuelas, menos autista y menos caprichosa, más responsable y más atenta a los problemas reales de nuestros barrios, ciudades y territorios.

Ramón López de Lucio, catedrático de Planeamiento Urbanístico en la Escuela de Arquitectura de Madrid, antiguo miembro del Seminario de Sociología Urbana y de EUSyA.