Nivel 1: Magufadas totales.
Como dijimos, en esta categoría tienen cabida los elementos más estrambóticos que suelen aparecer en "teorías" históricas: Alf como constructor de pirámides, homo sapiens creados genéticamente, nazis que pactaban con visitantes de otros planetas... Bueno, cosas aliens, básicamente.Algunos ejemplos que hemos publicado en nuestro blog:
- "De ciencias puras" 1: El vespertilio-homo (¿el nacimiento de BATMAN?)
- Errores de traducción históricos (II): ¿Hay vida en Marte?
Ahora bien, estos dos episodios son del siglo XIX, cuando ciertas ramas de la ciencia estaban todavía en paños menores. Hoy en día, por otra parte, no queda nadie que apoye teorías raras, ¿verdad? ¿VERDAD?Pues va a ser que no.Internet es una de las grandes maravillas creadas por el ser humano (¿Comunicación instantánea? ¿HOLA?), pero un gran poder conlleva una gran responsabilidad y todas esas mierdas que se suelen decir, y si algo ha demostrado el ser humano es que lo de la responsabilidad a veces lo lleva mal.La red ha dejado vía libre a la difusión de las teorías más locas (reptilianos, antiguos astronautas...) y ha amplificado aquellas que ya estaban entre nosotros (la Luna, JFK, Hitler huido, etc.).Aunque no lo creamos, a estas teorías se les da mucho más pábulo del que pensamos. Muchos podréis pensar: han venido a decirnos obviedades, que si los aliens no hicieron las pirámides o Hitler era un cabrón. Gracias NASA. Pero... ¿es tan obvio si números significativos de personas se dedican a consumir estas informaciones? Así que creemos que es equiparable en toxicidad a los anti-vacunas (por supuesto, estos además ocasionan problemas sanitarios), los tierraplanistas (tan de moda ahora) o ese tipo de basura que aprovecha las mismas herramientas de difusión. Y creemos que de vez en cuando los historiadores tenemos que bajar al barro, quitarnos la camisa y lanzarnos a pegar puñetazos.
Metafóricamente, claro.¿Por qué esa necesidad? Podemos encontrar estos males en Youtube, e incluso en las librerías hay libros sobre reptilianos, conspiraciones absurdas y demás spam informativo. Pero es que, además, cuando encendemos la televisión pasa esto:
Exacto, el mal llamado Canal de Historia. En su programación de hoy mismo, 17 de diciembre, podemos encontrar:
La fijación que tienen por los aliens está muy unida a la fijación que tienen por los nazis, que suelen ir de la mano (de hecho, lo extraño es que ahí no aparezcan los nazis).
Ahora bien, si solo fueran los aliens y lo demás fuera decente...Pero lo triste es que, con lo escandaloso que es que emitan esos programas, los focos se centran en eso, y no en otros programas que, de sensacionalistas, pueden recordarnos más a formatos de telebasura que a documentales. Por ejemplo, "La maldición de Oak Island", también emitido hoy (en varios cortes), que solo con el enfoque ya se pierde, pero que no duda en lanzar toda una serie de teorías descabelladas a cada minuto.Pero claro, están los aliens.¿De dónde viene esa alienmanía? ¿Por qué esa fijación por los aliens? Para ellos tenemos que conocer a uno de los delirios estrella de esta gente: la teoría de los antiguos astronautas, que se apoya mayormente en los annunaki. Esa gente fueron extraterrestres de poderes increíbles que interfirieron en la historia humana. Más o menos.
¿En qué se basan para decir esto? Pues, en casi todos los casos, la mayoría de explicaciones o argumentaciones tienen que ver con objetos "extraños", además de piruetas dialécticas (sobre lo difícil que es apilar piedras encima de piedras para construir una estructura piramidal) para pintar un cuadro favorable. Algunos de los objetos pueden ser como estos, que tendrían inspiraciones alienígenas:
Es decir, QUE HAY COSAS RARAS AHÍ FUERA, CHICO.Para los que apoyan las teorías alienígenas, este tipo de artefactos son muestras claras de la existencia de los alienígenas y su interferencia en asuntos terrestres.Sin embargo, cuando se utilizan estos elementos, señalados como "extraños", "ajenos a lo humano", no podemos dejar de pensar en esto:Aunque sea una rotonda de Murcia (homenaje a los poetas, según su autor), suponemos que dentro de mil años, cuando Murcia sea un desierto y los arqueólogos vengan a estudiar a las civilizaciones que la han poblado, tendrán claro que aquí metieron mano varios extraterrestres.
Lo mismo podemos decir de las creaciones de Dalí, El Bosco o autores surrealistas en general. Son raras, no copian a la realidad, por tanto deben ser extraterrestres.
Pero ¿a dónde nos lleva todo esto? A los annunaki.
Todo es annunaki, incluso el cura de tu pueblo. Pero ¿qué es esa fiebre annunaki?Oficialmente son simplemente un grupo de deidades sumerias y acadias. Como el panteón griego, sin más. Los Annuna eran los más poderosos y vivían con Anu, dios del cielo, señor de las constelaciones, rey de dioses y marido de Ki, diosa relacionada con la Tierra.Es entonces cuando llegamos a 1964. Uno de los asiriólogos más importantes, Adolph Leo Oppenheim publica Antigua Mesopotamia: Retrato de una civilización muerta y populariza Mesopotamia y a los Annunaki.Unos pocos años más tarde, en 1976, la editorial HarperCollins decide intoxicar al mundo publicando El 12ª Planeta, de Zecharia Sitchin.
Nacido en la URSS, trabajó como periodista en Israel y después en Estados Unidos. Hasta ahí todo bien. Después aprendió por sí mismo cuneiforme e interpretó una serie de tablillas que le llevaron a decir que hay un planeta en el Sistema Solar llamado Nibiru, que chocó con Tiamat (planeta entre Marte y Júpiter). Nibiru sería la casa de los Annunaki, visitaron la tierra hace 450,000 años en busca de minerales. Por supuesto, les hacían falta esclavos para extraer el mineral, porque los viajes espaciales de larga distancia bien, pero los bulldozers mal, así que crearon al Homo sapiens mezclando genes extraterrestres con los del erectus. Pusieron reyes como intermediarios. Hubo guerras nucleares que destruyeron Ur (Irak) en el 2024 a. C., y toda la pesca. Nada raro, hoygan.
¿Cómo llegó a estas conclusiones? Muy fácil, leyendo los documentos que se conservaban de la época: tablillas con inscripciones cuneiformes.Ejemplo de inscripción cuneiforme, siglo XXVI a. C.
Eso sí, todo esto lo dedujo solo él. Los demás, los verdaderos especialistas en la materia, no sabían traducir bien, porque parece que niegan que esa información que él defiende aparezca en tablilla alguna. Sitchin alega, entre otras cosas, que él tuvo acceso a tablillas que el resto de personas no han podido leer. Los escépticos dirán que porque no existen. ¿Resultado? Ni annunakis mi mierdas: millones de libros vendidos, más de diez secuelas, traducción a más de 25 idiomas. El bueno de Sitchin fue todo un pionero: vio un filón de patrañas y se lanzó a monetizar, como luego harían tantos programas de televisión, radio o lo que tocase. Y la gente, aunque parezca mentira, se lo cree.Más tarde, cuando un periodista le entrevistó para el New York Times y le pidió que explicase su teoría, dijo: "describing my theories in a sentence, or even something like a newspaper article, is impossible. It will make me look silly". Me hará parecer tonto. Tío, tú solo.Lo más curioso es que los iluminados que regalan al mundo estas teorías siempre aluden a los problemas de la "ciencia oficial", los "académicos oficialistas", "la historia oficial", "la arqueología oficial" y toda una serie de términos para señalar a aquellos que están comprados, engañados o vete a saber qué.
Todo el conocimiento "oficial" se puede desechar alegando que es impuesto por dirigentes mundiales (illuminati, aliens, reptilianos, organizaciones súpersecretas, o lo que toque), y siempre aparece el investigador outsider, el valiente luchador anónimo de Internet, que es quien con un par de argumentos desmonta todo el tinglado. Un par de fotos borrosas, unos documentos algo extraños que ha sabido descifrar y... ¡voilá! Hemos vuelto a derribar la ciencia oficialista.
Lo más curioso es que los científicos "oficiales" no les valen, salvo cuando, mediante peripecias argumentativas y citas peregrinas, de repente estas personas les sirven para apoyar sus teorías. De repente, Kepler puede ser un fiel defensor de que la tierra es plana, Einstein de que Hitler era un alien, y Marie Curie de que los gobiernos mundiales nos envenenan. Todo un argumento de autoridad que los expertos de Internet utilizan hábilmente cuando les interesa, y cuando no, entonces es que son académicos oficialistas.En fin, para cerrar, después de haber visto la repercusión de estos temas en canales de televisión, blogs, youtube y el mundo editorial, traemos una noticia de un periódico:
Es gracioso ver el vídeo porque se entiende perfectamente el nombre de
Zecharia Sitchin. Magufadas totales al servicio de las glorias inventadas de una nación.Como hemos podido ver, parte de la obsesión alien y su incursión en la historia es perfectamente rastreable en el tiempo, y tiene un origen destacadamente lucrativo. Igualmente, los canales de televisión (o incluso youtube) que hoy en día dan pábulo a estos temas ven sus bolsillos muy beneficiados.
En resumen... ¿por qué estos temas son tan populares entre ciertas personas? ¿Por qué hay quien cree en estas cosas cuando, en principio, atentan contra toda lógica por la completa falta de evidencias y las contradicciones inherentes? Eso lo veremos en la última entrada de esta serie.Toma cliffhanger.
PD:
No hay que ser ingenuos. Está claro que en los tiempos que corren prima el sensacionalismo y lo que da dinero. Si diese dinero un programa perfectamente serio, aburrido e instructivo, lo más probable es que tuviese su hueco en pantalla. Pero no, por ahora tenemos solo sensacionalismo barato y con enfoques perjudiciales. IKER JIMENEZ. Ahora bien, ¿y lo interesante que sería romper el esquema desde dentro? ¿Podría funcionar un programa que utilizase esas mismas herramientas, como un cierto sensacionalismo, pero que se dedicase a cazar todas estos mitos, magufadas y mierdas varias desde un enfoque más apropiado? Como mínimo sería un buen sketch python.