Os iba a decir que soy un poco cotilla, pero mejor vamos a dejarlo en curiosa ;) Porque, tener interés en casas ajenas, dedicándonos a lo que nos dedicamos, tampoco es tan raro, ¿no? Y si además, esas casas son de blogueras deco o de lifestyle... entonces ya tenemos la excusa perfecta.
Si hace poco nos pasábamos por la casa de Jaclyn Johnson en Los Ángeles, en nuestro hometour de hoy nos vamos un poco más al norte, a San Francisco, y nos colamos en casa de Jordan Ferney, una de las editoras de "Oh Happy Day", un blog fabuloso que os recomiendo visitar.
Situada en el barrio conocido como "The Mission" - el más antiguo de San Francisco, donde aún se encuentra la Misión de San Francisco de Asís, el edificio más antiguo de la ciudad, que terminó por darle nombre - la casa es también antigua, con muchos detalles de otras épocas que, gracias al estilo de Jordan, se complementan a la perfección con muebles actuales. Pasado y presente se fusionan con tanto estilo en esta casa, que merece la pena ir viendo cómo lo consigue espacio por espacio.
Lo primero que vemos es el recibidor. La pared, se divide en dos, la parte de arriba está pintada, y la de abajo, enmarcada entre una moldura de madera y un gran rodapié, está empapelada. Todo ello, pared, papel, moldura y rodapié, es de un blanco inmaculado - yo juraría que hasta el papel se ha pintado por encima para que sea exactamente el mismo color-, lo que convierte esa pared en el lienzo perfecto sobre el que destacan un perchero y un escabel el madera, y los colores de un cuadro abstracto, una planta y, sobre todo, un flexo de estilo retro en color verde que ponen la nota de color.
Al mudarse a esta casa Jordan se puso como objetivo aprovechar al máximo su nuevo comedor organizando cenas con amigos y, desde luego, parece el lugar ideal para hacerlo. De nuevo con el blanco enmarcándolo todo, el centro del espacio lo ocupa una gruesa alfombra de estilo artesanal sobre la que encontramos una gran mesa de madera rodeada de sillas Eames en blanco y metal. A un lado de la mesa, una pared revestida con un gran zócalo de madera sirve de galería para mostrar las numerosas piezas de arte - la mayoría compradas a artistas locales, o en subastas y mercadillos - de la familia. Al otro, una alacena antigua, también pintada en blanco, se funde con la pared, y lo mismo ocurriría con la chimenea clásica, de no ser porque la zona de contacto con el fuego es de un azulejo verde botella que proporciona el contraste perfecto a toda esa blancura.
Precisamente ese verde botella es el nexo de unión con la zona de salón. Aunque presidido por un gran sofá gris hecho a medida que se amolda a la forma de la ventana - típica de las casas de San Francisco, en la que los estores son del mismo color gris - todo el protagonismo se lo lleva un gran sofá de terciopelo de ese mismo verde botella situado a uno de los lados. Frente a él, la zona de televisión, baldas para almacenar libros y recuerdos - en blanco, claro -, y una gran planta sin flores que remarca aún más esa línea cromática. Junto a ella, una nueva chimenea esta vez en tonos ocre, en la que, se ha incrustado otra chimenea de hierro fundido, y, al lado, una butaca estilo años 50, en tonos mostaza para leer cerca del fuego.
En la habitación principal, a diferencia del resto de la casa, el blanco se reserva únicamente para el techo, mientras que en todas las paredes, marcos y molduras de las ventanas incluidos, y hasta en la ropa de cama, se apuesta por el gris marengo. Un gris casi negro que la propietaria vio hace mucho en la casa de Jenna Lyons - directora creativa de J.Crew - y a la que, a pesar del tiempo transcurrido, decidió copiar la idea porque "lo que ella hizo hace 15 años, aún es guay ahora". Jordan además, confiesa que esos tonos oscuros, lejos de deprimirla, le transmiten total paz y tranquilidad. Todos los muebles del dormitorio, entre los que destacan el gran columpio de mimbre y la cómoda, tienen un marcado aire retro. Sobre la cómoda además, continua la colección de arte familiar, esta vez, centrada sobre todo en obras que más bien parecen bocetos, pintados a lápiz o carboncillo.
En la habitación de invitados, el blanco vuelve a ser protagonista en las paredes, y también en la ropa de cama donde se introduce el negro sólo en los detalles. La estructura de la cama, con baldaquino también en negro, es el punto central de esta estancia en la que también encontramos muebles retro, como la mesita de tipo nautico o la cómoda de estilo oriental sobre la que destaca una curiosa fotografía en blanco y negro, en la que se puede ver un grupo de bañistas ataviados como al estilo de principios del siglo XX, haciendo gimnasia en la orilla de la playa.
En el cuarto de los niños, se repite el color negro en la estructura de la cama - una litera doble de Ikea -, pero el blanco vuelve a ser el fondo sobre el que reina el color, desde la ropa de cama a rayas blancas y naranjas, hasta los juguetes, pasando por el espectacular mapamundi que cubre una de las paredes para que sus hijos no pierdan una costumbre que la propia Jordan aprendió de su padre: situar en el mapa cada sitio que la familia visitaba para que los niños aprendan lo grande que es el mundo, y cuál es su lugar en él. El resto, como en cualquier habitación infantil, cestos y estantes donde almacenar libros, piezas de construcción y sus magníficas colecciones de globos terráqueos y juguetes de madera de estilo europeo antiguo.
Dice Jordan que el baño no es su lugar favorito de la casa porque está aún pendiente de renovarlo. Pero mientras llega esa gran reforma, y aceptando que es rosa, le guste o no, decidió "refrescarlo" y por ello apostó por el blanco y el cromado. Pintó las paredes en blanco y potenció el cromado de la grifería con el menaje, los ganchitos con nombre para que cada miembro de la familia tenga su toalla, y la lámpara retro que, además, añade iluminación adicional. Este lavado de cara, termina con las toallas, almacenadas en un cesto cromado y, por supuesto, todas de color blanco.
He dejado para el final mi parte favorita de la casa: la cocina. El único espacio que se remodeló completamente cuando se mudaron y el lugar donde transcurre la mayor parte de la vida familiar. Como dice Jordan, desde los desayunos hasta los deberes, la isla central de esta gran cocina es "el lugar donde todo confluye". De nuevo el color blanco es el protagonista, desde los azulejos tipo metro - si queréis saber un poquito más sobre su historia, pinchad aquí ;) -, hasta los muebles donde sólo la encimera es de color madera, pasando por las lámparas. El resto de elementos, como las estanterías o los taburetes alrededor de la isla, son metálicos y, en este caso, el contraste fuerte de color, se deja para el menaje y, sobre todo, para la nevera Smeg en color rojo que, aunque pequeña y poco práctica como reconoce la propia Jordan, fue un chollazo de segunda mano que le da el toque ideal a esta cocina de estilo retro cuya última sorpresa es una pequeña despensa, con los mismos azulejos y unas baldas con unos soportes chulísimos, que aumentan considerablemente el espacio de almacenaje.
Fotos @ Paul Ferney para @ Cup of Jo & Oh Happy Day
Creo que se ha notado con lo que me he extendido, pero, resumiendo, de esta casa tengo que deciros que me gusta... ¡TODO! En mi lista de la casa ideal siempre hay una chimenea, una gran mesa de comedor para recibir a l@s amig@s, mapas mundi y globos terráqueos, una cocina grande con azulejos tipo metro, una despensa - cómo echo de menos la de mi antigua casa, ¡ay! - y una nevera Smeg, eso sí, de ésta, me da igual el color ;)
Y a vosotr@s, ¿qué es lo que más os ha gustado - o lo que menos - de esta casa?¿Os parece que refleja el caracter abierto y artístico de sus dueños?Espero vuestras respuestas ;)
¡¡FELIZ SEMANA!!