Revista Cultura y Ocio

"Homicidio" de David Simon

Publicado el 06 mayo 2011 por Duermevela
Título: Homicidio. Un año en las calles de la muerte.
Autor: David Simon
Editorial: Principal de los Libros
Género: Novela negra
Páginas: 699
Precio: 28,50€
Nota: Este libro inspiró la serie "The wire"
Puedes comprar el libro "Homicidio" aquí
Sinopsis:
"El mejor libro sobre detectives de homicidios jamás escrito por un autor norteamericano". Norman Mailer
El escenario es Baltimore. Cada tres días dos personas mueren asesinadas a tiros, a cuchilladas o a golpes. En el centro de este huracán de crímenes se encuentra la unidad de homicidios de la ciudad, una pequeña hermandad de hombres enfrentados a la parte más oscura del sueño americano. David Simon ha sido el primer periodista al que le fue concedido acceso ilimitado a una unidad de homicidios.
David Simon ha sido el primer periodista al que le fue concedido acceso ilimitado a una unidad de homicidios y este increíble libro es a la vez una apasionante thriller y una investigación en la cultura de la violencia. La narración sigue a Donald Worden, un veterano detective casi al final de su carrera; a Harry Edgerton, un iconoclasta detective negro en una unidad mayoritariamente blanca; y a Tom Pellegrini, un novato al que le toca el caso más difícil del año: la brutal violación y asesinato de una niña de once años.
"Homicidio" se convirtió en la base para una serie de televisión y en los conocimientos sobre los que posteriormente David Simon construiría la galardonada serie The Wire.

Opinión de MJ:
Por fin pude ponerme con el libro que tantísimo quería, y la verdad es que tal y como dije en el IMM-Vlog #1, este libro merece su peso en oro, es grandioso.
No es una novela común, el libro no tiene principio, desarrollo y final. No estamos ante una o un par de problemáticas, estamos ante 6 unidades de homicidios con todos los casos que llevan. Para que os podáis hacer una idea, hay 2 turnos, y cada turno cuenta con 3 unidades. Y a su vez, cada unidad cuenta con 6 investigadores... Estamos hablando de los casos de 36 investigadores. Y no, no llevan un caso por investigador, llevan varios casos cada uno de ellos, tanto solos como ayudados por otros investigadores.
Sabiendo esto, imaginad el número de casos, nombres y datos que hay a lo largo de las 700 páginas del libro... Bestial. Esto ya me lo esperaba porque leí un par de comentarios antes de ponerme a leerlo, y la verdad es que pensaba que iba a liarme mucho con tantísimo dato, pero ¡sorpresa! El autor escribe de tal manera (tanto en forma como en sucesión de hechos y pruebas) que es muy difícil que alguien se pierda en la lectura. Todo está muy claro sin dar pie a confusiones.
En este libro el autor se carga los diferentes mitos sobre las investigaciones criminales que se han formado por la literatura o el cine mal informados, desfasados o que simplemente piensan que la realidad es demasiado aburrida. La lucha interna dentro del mismo cuerpo de investigación criminal por ver qué grupo resuelve antes los crímenes, lo que ingenian para pasar casos a otros grupos cuando alguno que les llega no les gusta (se ve que es difícil de resolver), las relaciones entre los investigadores y sus jefes, la jerarquía del cuerpo (que más que ayudar solo dificulta la resolución de la investigación por meter tanta caña y no dejar respirar), las diferentes maneras de interrogar dependiendo de si se piensa que el interrogado está mintiendo o no, la labor de los técnicos de laboratorio a la hora de dar huellas o ADN (cosa que no suele ser tan habitual y decisiva como nos hacen creer en las serie tipo CSI), la dificultad de resolver los crímenes en plena calle, etc, etc, etc.
También habla de las meteduras de pata que los investigadores y ayudantes cometen en la misma escena del crimen, que viene a ser lo más importante a la hora de resolver un crímen por la cantidad de pistas físicas y deductivas que se sacan de ella. Los sanitarios que mueven el cadáver sin que haya dado tiempo ha hacer las pertinentes pesquisas, los policías urbanos que llegan antes y toquetean la escena del crimen como si las huellas y demás ya hubiesen sido tomadas, etc.
Volviendo al tema de los datos, al ver todo lo que tenía que saber (nombres de víctimas, acusados, sospechosos, pruebas y demás), decidí hacerme un pequeñísimo croquis para no liarme, os dejo una fotografía de la página. Eso sí, empecé ha hacerlo a partir de la páginas 300 o así, así que faltan muchos más datos, y si se ve bien podréis ver que hay muchas cosas borradas, esos son los casos resueltos que fui borrando para poner los datos de más casos.
Puede que alguien se pregunte: "¿Cómo puede ser que un libro con tanto dato pueda ser entretenido por muy bien que escriba el autor?" La respuesta va a ser todo lo que voy a poner ahora, es la mejor manera de mostrarlo. El autor escribe de una manera muy sencilla, sí, pero además nos pone unas conversaciones, pensamientos y actos tan surrealistas y divertidos que tienes que reirte en medio de tanta sangre y desgracia.
Por ejemplo, un homicidio comienza con el asesinato en sí, ¿verdad? Pues mirad:
"Todos los inspectores de homicidios tienen su historia favorita sobre las últimas palabras de una víctima de asesinato. (...) Una cuenta los ultimos instantes de un drogadicto de Baltimore Oeste que todavía podía hablar cuando llegaron los policías.
-¿Quién te ha disparado?
-Os lo digo en un minuto -declaró la víctima, al parecer sin ser consciente de que le quedaban unos cuarenta segundos de vida."

O incluso lo que ocurre cuando son avisados de que han encontrado un cadáver y se lo toman con humor. Os pongo la transcripción de una llamada telefónica de un policía a un investigador de homicidios avisándoles de que tenían que ir a X sitio para ver el cuerpo:
-Mira, estamos muy liados ahora mismo -dice, sostentiendo el teléfono con el hombro-. ¿Por qué no echas el cuerpo en la parte de atrás de tu coche y nos lo traes para que podamos echarle un vistazo?
-Está bien -dice el chaval, y cuelga.
-Oh, mierda -dice Edgerton, buscando a toda velocidad el número del operador del distrito Suroeste en una guía telefónica-. ¡Este se lo ha tragado de verdad!

Son cosas tan surrealistas que cualquiera pensaría que son partes sacadas de un libro de ficción, y tal y como pone el mismo autor para sacar de dudas a tod@s l@s lectores/as:
"Este libro es un trabajo periodístico. Los nombres de los inspectores, acusados, víctimas, fiscales, agentes de policía, forenses y demás personas identificadas en este libro son sus nombres reales. Los acontecimientos que se describen en este libro sucedieron como se describen."

Después los investigadores tendrían que investigar, para así interrogar al sospechoso. En este momento se da una de las partes más divertidas del libro. Si no recuerdo mal, son unas 5 páginas divertidísimas donde al mismo tiempo te dicen verdades como puños sobre la típica frase de los policías al detener a alguien (tiene derecho a permanecer en silencio y todo eso):
"Por supuesto que lo tienes. Eres un delincuente. Los delincuentes siempre tienen derecho a permanecer en silencio. (...) ¿Es que te crees que Joe Friday te mintió? ¿Es que crees que Kojak se inventaba todas esas chorradas? Ni hablar, colega, estamos hablando de libertades sagradas, en especial la protección que da la puta Quinta Enmienda contra la posibilidad de que te incrimines, y eh, si hasta Oliver North se acogió a ella, ¿quién te crees que eres tú para ir e incriminarte a las primeras de cambio?
(...)
<<Cualquier cosa que diga o escriba podrá ser usada en su contra ante un tribunal.>>
Tío, colega, despierta de una puta vez. Que te están diciendo que hablar con un policía en una sala de interrogatorios sólo puede causarte problemas.
(...)
<<Si quiere un abogado y no puede permitírselo no se le formulará ninguna pregunta y se solicitará al tribunal que le asigne un abogado de oficio.>>
Traducción: eres un sin techo. A los sin techo no les cobramos."

Para terminar contándonos la realidad por dura que pueda parecer:
"Con muy raras expcepciones, una confesión siempre es extraída, provocada y o sacada mediante manipulación de un sospechoso por un inspector que ha sido entrenado en un arte auténticamente engañoso. Es la esencia del interrogatorio, y quienes creen que una conversacion directa entre un policía y un criminal -una conversación desprovista de toda traición- va a resolver un crimen son mucho más que ingenuos."

Tras tener al presunto asesino vendría el juicio, y aquí vuelven a meterse con el sistema y normas a seguir. Esta vez van contra el jurado popular:
"En el fondo de su corazón, un inspector veterano no se inspira en la gloria de un tribunal, sino en la Regla Número Nueve del decálogo, a saber:
9A: Para un jurado, cualquier duda es razonable
9B: Cuanto mejor es el caso, peor es el jurado
Y, además de las reglas 9A y 9B:
9C: Un buen hombre es difícil de encontrar, pero encontrar doce y reunirlos en un mismo lugar es una milagro."

¿Por qué no confían en los jurados populares? Pues tal y como explican en el libro, porque la gente que llega allí para emitir un veredicto se piensa que va a ser como en CSI y derivados. Se creen que van a ver al abogado de turno pasear delante de ellos con decenas de bolsas con pruebas irrefutables y cosas por el estilo... Cuando en realidad un juicio suele ser un proceso largo y aburrido hasta arriba de datos, datos y más datos por parte de los dos abogados. Esto hace que los miembros del jurado dejen de prestar atención y a menudo la cagen a la hora de decidir si el culpable queda en libertad o no.
En el libro nos muestran todo el proceso, desde que se encuentra un cadáver hasta que se termina el juicio, así que es más que interesante para la gente que quiera saber qué hay de verdad en las series de televisión que hablan de este tema, o que directamente le interese todo esto.
En ningún momento el lector se aburrirá porque entre tanto drama y dato, el autor nos brinda escenas cómicas como ya he puesto un poco más arriba, y muchas más. Como por ejemplo un error a la hora de exhumar un cadáver (os recuerdo que todo esto es verídico):
"-¿Capitán?
-Sí -responde la voz al otro lado del hilo.
-Aquí Waltemeyer -dice el inspector, cubriéndose aún con los dedos el puente de la nariz-. Capitán, ¿está sentado?
-¿Por qué?
-Tengo buenas y malas noticias
-Primero las buenas.
-La autopsia ha sido un éxito
-¿Y las malas?
-Se la hemos hecho al tipo equivocado."

U otro ejemplo serían las misivas que se envían entre las comisarías de diferentes estados para pedir ayuda o que estén al tanto de tal actividad:
"Al principio de un reciente turno de ocho a cuatro, Jay Landsman montó el numerito de leer un teletipo de un robo enviado por el condado de Baltimore en el que la propiedad robada consistía en dos mil litros de helado.
-Se cree que los sospechosos están mucho más gordos que antes..."

Como supongo que ya habréis podido observar, el libro es muy divertido. Tiene diferentes tipo de humor, el que diríamos "normal", y el negro y enrevesado que algunas veces no sienta muy bien porque se mofan del cadáver y su situación. Es un libro que tiene de todo en grandes cantidades, no solo datos de investigaciones, eso es lo que quiero que entendáis para que hoy mismo os compreis el libro.
Es un libro muy ágil de leer aún cuando tenemos muchos nombres, grupos de investigación, diferentes crímenes y gran cantidad de datos de cada crimen, todo se debe a la sencillez de la narración, su humor (a veces negro), y su claridad a la hora de expresar las cosas.
Resumiendo, si alguien quiere saber cómo funciona una brigada de homicidios sin ficción alguna gracias a un trabajo periodístico, sin que la lectura sea tediosa, este libro tiene que leerlo sí o sí. Es una puñetera obra maestra.
Ahora no puedo por los malditos exámenes, pero este verano veré la serie "The Wire". Quiero ver si la serie hace honor al libro.
Puntuación: 10/10

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