(Traducción de la sinopsis original)
Ben Carver ha vuelto a la normalidad. Está sacando sobresalientes en todas sus clases en su escuela, Natick School. Acaba de ser elegido capitán del equipo de beisbol. Incluso ha ganado una beca para la universidad, si consigue mantener el nivel de sus notas. Todo el asunto "Rage Goldberg" del semestre pasado ha quedado atrás y ahora mismo Ben solo necesita ser un Carver, trabajar duro y estar centrado.
Primero está Hannah, una chica preciosa que le gusta y lo distrae. Luego está su madre, que está pasándolo mal y es la primera vez que Ben la ve como una persona y no solo cómo su madre. La escuela está resultando más difícil que nunca, la presión aumenta, la beca está a punto de escapársele. Y luego está Rafe, divertido, amable, saliendo con otra persona...quizás Rafe es la normalidad que Ben necesita.
Editorial: Arthur A. Levine Books
Encuadernación: Tapa dura
Como ya comenté en la reseña de " Openly Straight", dicho libro tendría una secuela, "Honestly Ben", y después de lo que disfruté el primer libro estaba claro que leería el segundo. Aunque intentaré mantenerlos al mínimo, esta reseña contendrá varios spoilers puesto que es la continuación de otro libro. Lee con bajo tu propio riesgo.
Mientras que "Openly Straight" estaba contado enteramente desde el punto de vista de Rafe, "Honestly Ben" está contado desde el punto de vista de Ben. Ben es un chico de origines humildes (se crio trabajando en la granja de su familia en Alton) que estudia en Natick School, una escuela internado para chicos muy prestigiosa. La mayoría de los estudiantes son chicos de familias adineradas que no son conscientes de lo privilegiados que son, por lo que a veces Ben se siente un poco fuera de lugar. Ben se encuentra en su tercer año de instituto (1º de Bachillerato en España) y ha conseguido mantener una nota media muy alta al mismo tiempo que defendía su lugar en el equipo de beisbol de Natick. Ben es el "típico" chico estrella que lo tiene todo pero que al mismo tiempo es humilde y gentil, sin ser un creído o un prepotente. Su expediente como estudiante lo ha hecho merecedor del premio "Peter Pappas", una beca para la universidad con el nombre un estudiante de Natick que murió en la guerra de Vietnam. Si Ben consigue mantener su media durante ese curso, se le otorgará el premio y tendrá asegurada su educación universitaria.
Aunque Ben parece calmado y con todo bajo control, puesto que su padre le ha inculcado desde pequeño que tiene que contener sus emociones, evitar las situaciones conflictivas, "ser un hombre", etc., se siente como un muñeco que estén estirando desde cada una de sus extremidades. El entorno en el que se encuentra cuestiona a cada paso su forma de ser ("¿por que eres tan callado?", "Ben, el asesino de la diversión", "tienes que intervenir más"), su padre tira un poco por tierra cada uno de sus logros, a Ben le está costando horrores mantener unas notas altas, sobre todo en Cálculo, y lleva en tensión y preocupado desde el problema que tuvo con Rafe. Rafe es la única persona con la que Ben podía ser él mismo y no poder hablar con él le supone una gran angustia, pero al mismo tiempo esos sentimientos de querer estar con él hacen tambalearse el mundo de Ben: ¿qué significa que quiera estar con Rafe? ¿es gay? ¿es bisexual? Ben no siente que sea gay o bi por el hecho de que solo se siente así por Rafe, además de que aceptar esos sentimientos supondría ganarse el rechazo de su familia, cosa que Ben no quiere ni considerar. Por si esto fuera poco, también ha entrado en escena Hannah, una chica con la que Ben ha conectado como no ha conectado con nadie en mucho tiempo y con la que le gustaría estar. Todo esto bulle en la cabeza de Ben mientras intenta cumplir las expectativas de todos sus seres queridos.
Me ha encantado esta historia por muchos motivos. En primer lugar, porque Ben rompe con el estereotipo de chico perfecto americano: no es un guaperas creído que vive en una mansión y que utiliza la influencia de su familia para abrirse camino por la vida, sino un chaval que lleva toda su vida usando ropa de segunda mano y que está donde está a base de currárselo. Ben nos recuerda que una persona puede parecer alegre y realizada y aun así estar hecha pedazos, machada desde dentro y desde fuera. "Honestly Ben" nos enseña, entre otras cosas, que incluso el chico estrella del instituto puede tener una profundidad y unos pensamientos dignos de un filósofo.
"Es como si estuviésemos más cómodos viviendo en el pasado o el futuro porque el momento presente es demasiado incierto y aterrador."
En segundo lugar, Ben reflexiona sobre las distintas etiquetas que se utilizan para definir a una persona. ¿Qué es lo que pasa cuando ninguna etiqueta te define? Una de las cosas que más angustian a Ben es el hecho de que la sociedad va a aplicarle una etiqueta y que la gente va a sacar conclusiones en base a la misma, incluso si ésta no es precisa. Solo cuando está con ciertas personas siente que no tiene etiqueta, o que su etiqueta es únicamente "Ben" y eso es suficiente. Cuando intenta plantear este tema a alguien, ese alguien termina cayendo en el "si no eres gay ni bi, ¿qué eres?", dada la fuerte inclinación que tenemos las personas a querer clasificarlo todo en cajas cerradas.
Me ha encantado también el hecho de que, por muy observador que Ben sea, estamos viendo el mundo a través de sus ojos, por lo que puede que algo nos parezca blanco y resulte que era negro. Esto me ha permitido ponerme más aun en el lugar de Ben, el hecho de experimentar la realidad como la experimenta él en vez de verla como un espectador externo omnipresente. Por ejemplo, me ha resultado muy interesante ver el personaje de Rafe desde fuera. Cuando lees a través de los ojos de Rafe en "Openly Straight", te parece que es una víctima: de Ben, porque no le ama como Rafe le ama a él, de la sociedad por verlo como "chico gay" en vez de como "Rafe"; no obstante, a través de los ojos de Ben vemos que Rafe puede llegar a ser desconsiderado y poco empático con los demás. Me ha encantado ver esa humanidad, esa imperfección, gracias a estas dos formas de ver la realidad. Esto me ha permitido ver con otros ojos a otros personajes también, como Albie y Toby. En "Openly Straight" parecen los amigos estrambóticos de Rafe, mientras que, a través de los ojos de Ben, que los admira mucho por ser tan ellos mismos sin miedo, parecen mucho más "normales". Concretamente, he terminado cogiéndole mucho cariño a Toby, por su manera de afrontar las cosas.
Me ha encantado también el aspecto didáctico de esta historia, que me ha permitido entender finalmente lo que significa la fluidez de género. Aunque había leído definiciones sobre la misma, había ciertos aspectos que no quedaban claros. Tengo que agradecerle al autor la investigación que ha realizado para dejarla clara para sus lectores.
La historia mantiene al lector enganchado, existiendo varios picos de "drama" que te reenganchan cuando estás en una zona más floja, existiendo un gran pico al final que se lee con una sonrisa en la cara. Me alegro mucho por Ben y por cómo ha manejado la situación, y aunque no estaría mal un tercer libro para terminar de atar todos los cabos, este libro supondría un buen cierre a la saga de Rafe y Ben. Ójala lo traduzcan para que este libro pueda llegar a más gente.
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