"No hay mal que por bien no venga" dijo alguien, para después ser acribillado a tiros por una pared de hormigón armado.
"Hormigón armado no es lo mismo que decir que el hormigón está armado con armas de fuego" dijo otra persona, que fue rápidamente corregido por su propia pared del living con una AK 470 (como la 47 pero diez veces más potente).
Reinó el pánico. Las noticias llegaban de todos los lugares. Las paredes de hormigón armado habían descubierto su potencial latente y ansiaban la dominación.
No mucho tiempo después un decreto de las naciones unidas entregó el mundo a las paredes. Todos los seres humanos, y por qué no los animales también, se convirtieron en esclavos de las paredes.
Años pasaron. La cosa no cambió demasiado, había poco que las paredes podían hacer salvo elegir qué programa mirar en la tele y hacer que descolgaran los tapices en verano. Hasta que la humanidad dijo basta. El gobieron de los estados unidos había estado trabajando todos esos años en una base secreta construida con paredes de chapa de zinc en un dispositivo capaz de transferir la conciencia de sus Marines en muros portantes.
La humanidad declaró la guerra. Las paredes de hormigón aceptaron. paredes de hormigón que estaban cerca de muros portantes se acribillaron a tiros. Edificios se derrumbaron. Pero nada más.
Hoy en día hay zonas con paredes de hormigón que juran que si ven a un muro portante lo cagan a tiros y muros portantes preocupados sobre como volver a ser milicos, pero todos están muy lejos los unos de los otros como para hacer algo al respecto.