
En una época en la que no parecen estimarse las acciones de los españoles durante el descubrimiento de América, surgen no pocas evidencias con tendencia a tumbar, cuando menos a minimizar, las mentiras que nacieron de la Leyenda Negra...
Evidencias que ponen de manifiesto que España, a diferencia de las potencias coloniales, NI conquistó, NI colonizó las tierras que descubrió allende los mares: simple y llanamente las convirtió en nuevas provincias, contribuyendo a su desarrollo con construcciones como las catedrales, las universidades y, como en el caso que hoy nos ocupa: los hospitales.
El primer hospital de América fue español, siendo fundado en 1524, apenas tres años después de la caída de Tenochtitlán y en el lugar en el que se reunieron Cortés y Moctezuma. Allí el extremeño mandaría fundar el Hospital de Jesús Nazareno en Ciudad de México. Fue el primer hospital del continente americano, y su misión no era conquistar… sino sanar.
Allí se atendía gratis a indígenas, esclavos y españoles. Médicos y frailes combinaban la ciencia del Renacimiento europeo con la sabiduría médica indígena, creando un puente único entre dos mundos.

Hoy, cinco siglos después, el hospital sigue en pie. Sus antiguos muros aún guardan la historia de los primeros cirujanos y enfermeros de América, en el corazón de México, apenas 40 años después de la fundación del hospital más antiguo, el de Antezana, que aún sigue en pie en Alcalá de Henares (1483).QUÉ DICE LA UNESCOVeamos esto a través de lo que dice la UNESCO, desde su reconocimiento a los distintos monumentos reconocidos como Patrimonios de la Humanidad. A fecha de hoy, 12/12/25:59 Italia57 China52 Alemania y Francia50 España42 India35 México33 U.K.Si consideramos las construcciones hispanas en las que fueron sus provincias españolas, habríamos de añadir 52 más a nuestro haber (serían un total de 102), colocándonos en un destacadísimo primer puesto.
Por el contrario, considerando las construcciones de Ingleses, Franceses, Holandeses, etc., allende sus colonias, el montante sería de CERO (sí, dije bien: cero).
Por eso, Sr. López Obrador, Sra. Sheinbaum Pardo, en mi consideración y desde una perspectiva general, no hay por qué pedir perdón.
