Aquí da comienzo un nuevo reportaje, esta vez dedicado a un impresionante hospital británico que tuvimos el placer de recorrer a nuestra anchas.
Dado su tamaño hemos dividido esta entrada en cuatro secciones.
Como si de un ser vivo se tratara, hemos querido titular cada una de estas partes con las diferentes etapas de la vida de éstos:
En “Naciendo” hablaremos acerca de su fundación, allá por 1909, y recorreremos la maternidad y el ala infantil.
“Viviendo” nos acercará a la vida cotidiana del complejo contándonos cómo era el club social, las casitas para médicos y familiares de pacientes e incluso la sala de calderas.
Por último, en “muriendo”, sabremos por qué se cerró el hospital y qué pasó con toda la plantilla.
La visita, como no podía ser de otra manera, tendrá como lugar destacado el tanatorio y la sala de autopsias pero también incluirá el ambulatorio.
Naciendo
En el año 1066 el recién coronado rey Harold II de Inglaterra gustaba de ir de caza por los inmensos bosques situados al noreste de la ciudad de Londres.
Poco le duraría la diversión, pues apenas 10 meses después encontró la muerte en la batalla de Hastings dando paso al reinado del que la historia conocería como Guillermo el Conquistador.
Precisamente en honor a aquel rey, el último de los sajones, el lugar comenzó a llamarse “Harold Wood” (Bosque de Harold)
Colindante a la vía del por entonces modernísimo ferrocarril había una enorme casa de campo construida en 1883 por Mr. Compton, un sastre militar retirado, y que era conocida como “The Grange”.
El hijo del señor Compton, Harry, heredó la finca pero después de vivir en ella un corto periodo de tiempo se la vendió a William Watson, que fue el que se encargó de ornamentar tanto la casa como el terreno.
En 1909 la Corporación Municipal del condado de West Ham adquirió la gran casa victoriana y en ella instaló un hogar para niños convalecientes dependiente del Plaistow Fever Hospital.
La maternidad
Aunque es una de las partes más modernas del complejo (como veremos en la segunda parte de la historia) lo lógico es empezar nuestro recorrido por el lugar en el que nacían y en el que pasaban los niños sus primeros días de vida.
Aunque albergaba otros servicios como el ambulatorio y una unidad oftalmológica, en esta primera parte nos vamos a centrar en el área de neonatos.
A pesar de que el edificio entero era conocido como “La Maternidad” lo cierto es que una vez atravesado el vestíbulo había que subir mediante los ascensores (dos principales y dos de servicio) o las escaleras a la cuarta planta, que era donde ésta estaba situada realmente.
Curiosamente el 3 de febrero de 2006, pocos meses antes del cierre del Harold Wood, la presidenta de la asociación benéfica Birth Centre Network UK Jane Walker inauguraba la nueva unidad de recién nacidos.
Bajo el nombre de Rushwood Neonatal Unit, esta unidad tenía dos funciones principales:
Por un lado estaba destinada a las pacientes de bajo riesgo (con poca probabilidad de necesitar intervención en el parto) que se sintieran más cómodas en un ambiente hospitalario que su propio domicilio.
Gracias a la atención integral por el equipo de la unidad se minimizaban los riesgos tanto para las madres como para los recién nacidos.
Por otro, disponía de seis camas para bebés que precisaran cuidados intensivos y seis más para bebés con alta dependencia.
Éstos permanecían en la unidad (que era de nivel 1) hasta que podían ser transferidos a otras zonas del centro.
Dos de las habitaciones estaban preparadas para que los padres pudieran alojarse junto al neonato.
El Arca de Noé
Ser niño y pasar por el hospital es una experiencia traumática y desagradable, pues los más pequeños no entienden muy bien lo que les ocurre y mucho menos el motivo de que estén lejos de sus casas y sus familias.
Por eso, el ala infantil del Harold Wood, cuyo nombre completo era el de “Noah’s Ark Childrens Ward”, era diferente ya desde la misma puerta.
Todas las salas y habitaciones estaban igualmente decoradas.
Y para los que iban recuperándose, existía una zona de columpios al aire libre.
Aquí termina esta primera parte del reportaje pero muy pronto publicaremos la segunda que, recordemos, estará dedicada a las ampliaciones del complejo y a visitar el edificio principal del hospital.
Texto: Tomás Ruiz
Fotografías: Daphneé García e Iván Jaspe