Revista Salud y Bienestar

Hospital vs atención primaria: ¿hasta cuándo?

Por Saludconcosas @manyez
Hospital vs atención primaria: ¿hasta cuándo?

Una de las premisas clásicas en las organizaciones para promover la colaboración y mejorar la coordinación es romper con los silos. En el mundo de la gestión, los silos son esas islas organizativas que van a la suya, que no interactúan ni comparten información y que piensan más en su beneficio que en el bienestar colectivo. Y dentro del entorno sanitario, hay dos silos clásicos: el hospital y atención primaria. Por supuesto, cada vez hay más excepciones y se ven ejemplos de coordinación y colaboración entre atención primaria y hospital, pero no es lo más habitual. Y muchas veces no son solo los problemas a la hora de compartir información o de colaborar, ya que también aparece el problema de la actitud: que si unos son superiores, que si los otros no tienen ni idea, y blablabla. Y por supuesto, muchas de estas diferencias se apoyan en razonamientos del tipo "esto siempre se ha hecho así", "nuestra forma de hacerlo es la única buena" o "la culpa es de los otros". Y no estamos ante un post de buenos y malos...

¿Llegaremos algún día a romper los silos entre el hospital y atención primaria? Ojo, esto no implica trabajar con directrices únicas ya que cada uno tiene formas de trabajo diferentes, pero cuando la colaboración y coordinación son fluidas, todo será diferente (y mejor). Deberíamos pensar cual es la opinión que se transmite a los residentes sobre "los otros", si conocemos realmente el trabajo que hacen, si compartimos espacios de trabajo, si abrimos nuestras puertas para que las sesiones clínicas o las jornadas sean comunes o no... En este artículo de Harvard Business Review, los autores revisan algunas opciones para desempeñar un liderazgo en un entorno de silos. La primera opción que plantean es simple, pero demasiado radical: rediseñar la estructura organizativa. Es decir, crear estructuras de trabajo que casi obliguen a colaborar, interactuar y que permitan suavizar los problemas de coordinación. Por cierto, ¿han servido las gerencias integradas para ello?Entre las estrategias propuestas para vivir entre silos se encuentran:- Potenciar el papel de los enlaces, es decir, profesionales que entiendan los problemas de ambos silos pero que tengan claro que la colaboración es la única solución posible. Son personas que van tejiendo en común y que recuerdan que el trabajo entre ambos silos tiene un mismo destinatario: el paciente.- Los líderes deben conocer bien el entorno, el contexto y los fundamentos de ambos silos. Para ello, los autores proponen una solución muy simple: preguntar. Esto se une a elementos como la humildad (preguntar sin miedo) o la inocencia necesaria para romper los esquemas de siempre. - Ponerte las gafas del otro. Es esencial que los profesionales de un silo entiendan que cada problema se ve diferente según tu situación, y para eso es conveniente ponerte las gafas del otro. Generar espacios de diálogo, poner en marcha actividades formativas compartidas, elaborar guías de trabajo comunes... y así empezar un cambio cultural.- Salir del silo. Grupos de trabajo mixtos, hibridación, innovación abierta... Es necesario que entre aire, salir y ver otras experiencias, conocer mundo y así darte cuenta que vivir en un silo no tiene sentido.Nuestra realidad es que los silos siguen ahí, bien sea por miedo al cambio, por orgullo o por evitar perder el trozo de tarta. Pero es innegable, que cuando se rompen los silos, el conocimiento fluye y por fin se consigue algo tan importante como conectar los puntos. Y no se trata solo de protocolos conjuntos, reuniones o grupos de trabajo, ni de planes o estrategias, hay que trabajar mucho temas como la cultura, la actitud y la visión y conocimiento del trabajo de los demás. Es necesario aceptar que el papel del otro silo es tan importante como el nuestro, o quizás más... ¿Alguien se atreve?

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