Revista Política

Hotel dulce hotel

Publicado el 03 noviembre 2012 por Alejandropumarino

Hotel

El Sr. Mas precisó para su viaje a Rusia, docena y media de acompañantes de alto nivel, pese a que no fue recibido por las principales autoridades soviéticas, ni mucho menos. Aprovechó para hacer campaña partidista sobre la independencia más que a defender los intereses de Cataluña, pero eso es habitual en el político nacionalista, a bordo de un tren sin frenos propiciado por él mismo. Se conoce que en pagos menos cálidos que la costa meditérránea, importa poco la condición política de un territorio, y es que los países escindidos de la antigua URSS son, en su mayoría, bastante mayores que Cataluña. En esta Asturias lejana, poco más de novecientos mil habitantes no dan para pagar cuarenta y cinco diputados regionales, un presidente de la comunidad, una docena de consejerías y alguna dirección general más, todos ellos con sus asesores y personal específico a su servicio, incluidos vehículos oficiales. El ahorro bien entendido, empieza por uno mismo, y para eso, el Sr. Bosch (ERC), como publicábamos en este mismo espacio, pidió dieciseis mil millones de euros para independizarse, eso sí, “de buen rollo”, faltaría más. Artur Mas se marchó con cinco mil en la cartera, que no es moco de pavo, y aunque parece que este viaje turístico promocional se lo han pagado en parte de sus bolsillos, no deja de contrastar la precaria situación del pueblo gobernado, con el lujo que ostentan sus representantes públicos. Predicar con el ejemplo no está de moda, y menos cuando se hizo de la politica una forma de vida antes que un servicio a la comunidad. El viaje sirvió para poco, incluso desde el punto de vista promocional de sus peculiares ideas. Rajoy es callado, pero duro de roer, y espera al Sr. Mas con los brazos abiertos y las púas de un puerco espín; mientras tanto, que disfrute su estancia en Moscú. El hotel, en la fotografía, merece la pena.


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