Revista Opinión

Hotel real de lleida (lérida)

Por Candreu
HOTEL REAL DE LLEIDA (LÉRIDA) HOTEL REAL DE LLEIDA (***)
Avinguda Blondel 22

25002 Lérida 
Habitación: 413 Fecha de entrada: 17/05/2018 Tarifa:  En una de las avenidas principales de la ciudad. Justo delante del río y a la espalda del casco histórico y de la zona comercial; encastrado entre varios edificios, alguno incluso de interesante factura, encontramos un edificio de cinco plantas rematado con un gran cartel en blanco y negro que pone "Hotel Real". Sobre él, varias placas solares. 
La acera que hay junto a la puerta es amplísima, pero el acceso algo confuso. La puerta frontal nos lleva a una cafetería, la del hotel, algo destartalada. A la derecha, sin embargo, tras unas puertas correderas de cristal accedemos a una pequeña recepción. Muy pequeña. Justo enfrente y allí mismo un mostrador de madera clara rematada en mármol. Tras él un armario portallaves vacío y un reloj. Bajo el mostrador, en un escritorio, un follón de papeles, carpetas... en los que trabaja atareada la recepcionista. Sentada. A la izquierda de la puerta hay dos sofás en tonos azules con un armario de acero y cristal sobre el que se ofrece prensa y algunos folletos. En ese pequeño espacio además hay una columna revestida de espejo. La luz del día entra por la puerta y la madera clara como de conglomerado reviste todo el espacio ayudando a esa luminosidad. La sensación es algo antigua. Caduca quizá. Suelo de mármol en tono marrón, luces amarillentas y un alfombra de las de antes con el logo del hotel en rojo.
La recepcionista nos atiende con simpatía. El proceso es rápido una vez que localiza la reserva, pero mientras tanto nos cuenta los servicios del hotel, algunas cosas de la ciudad, el funcionamiento del wifi (gratuito, veloz y estable)... Nos entrega la tarjeta de la habitación deseándonos feliz estancia, cosa que agradecemos. 
Dos pasos más allá está el ascensor, junto a una puerta de acceso a las escaleras. Dentro, medio ascensor de espejo oscurecido. Botonadura brillante moderna y algunas informaciones sobre el hotel y la cadena. Salimos a un pasillo que distribuye en tres direcciones las habitaciones. Suelo de moqueta, luces indirectas a baja altura y algún armario de diseño tropical. Aunque algo ecléctico, más moderno. Allí mismo con una puerta de color gris se abre nuestra habitación.  
HOTEL REAL DE LLEIDA (LÉRIDA)La puerta se abre directamente al dormitorio, que es bastante generoso de tamaño, y que se remata en la pared del fondo con una ventana cubierta por un visillo blanquecino y una cortina/foscurit en tonos marrones rojizos. Vistas a un estrecho aunque cuidado patio interior. Abajo, una fuente de la que se oye el rumor. Poca luz ofrece a la habitación. 
Junto a la puerta hay un interruptor que activa las luces. No hace falta meter la tarjeta en una ranura. Suelo de madera clara brillante y bien cuidada, aunque con algo de sensación de plasticidad. Paredes de estuco color crudo amarillento. A la izquierda, el display del aire acondicionado. Funciona ruidosamente y sólo conseguimos aire frío. Pero la temperatura exterior no pide mucho más. Funciona con un selector digital de temperatura y en modo automático. 
A la izquierda se suceden: una silla de madera y tapizada en rojo, una generosa mesa de escritorio en madera clara de sencillas formas. Varios enchufes en la pared y una lámpara, empotrada en la pared con un regulador de potencia junto a ella. Bajo el escritorio, en un armario, un pequeño minibar con agua, Coca-Cola y cerveza de precios moderados, una silla tapizada en rojo y unos cajones. A continuación, y hasta la pared del fondo hay un enorme armario de techo a suelo con dos puertas correderas de conglomerado. En su interior algunas baldas, perchas antirrobo, unas mantas, unas almohadas extra y la caja fuerte. 
A la derecha, bajo un cabecero de madera hasta media altura las dos camas. Dos cuadros feos con motivos vegetales sobre ambas. Encastradas entre dos mesillas de madera con tapa de cristal. Sobre una, el moderno teléfono. Sobre la otra el mando de la televisión. Sobre ambas, enchufes disponibles, interruptores de la luz y una lámpara de noche en acero y pantalla blanca. La luz, aunque es agradable tiene un punto de frialdad y no sirve mucho para leer por la noche. Las camas aparecen recubiertas por una colcha en tonos rojos. Bajo ella simplemente la sábana. Quizá demasiado poco para dormir así en el mes de mayo, con lo que hemos de cubrirnos con la colcha, pesada e incómoda. Las camas son anchas, pero a cada movimiento chirrían y crujen. Para colmo la insonorización interior deja bastante que desear y se escucha demasiado el paso de otros clientes por el pasillo e incluso los ronquidos de algunos. La insonorización exterior es perfecta, aunque también es cierto que nuestra habitación da a un patio interior.  HOTEL REAL DE LLEIDA (LÉRIDA) Junto a la puerta del baño hay un espejo enorme de cuerpo entero enmarcado con madera a juego con el mobiliario. El baño es amplio y generoso. Con dos tipos de luces aunque ninguna especialmente cálida. Suelo de mármol verdoso, igual que la gran encimera que hay a la izquierda. Paredes de porcelana haciendo cuadritos pequeños como teselas. Frente a la puerta, el inodoro y el bidet, en blanco. A la izquierda una generosa encimera con el lavabo. Sobre ella un gran espejo. En una bandeja de plástico se presentan las amenities: un set dental y una pastilla de jabón. Dentro de la ducha hay un bote anclado a la pared que dispensa gel-champú. El grifo monomando es un poco de plástico aunque la presión y el caudal son óptimos. La temperatura es brutal. Tanto que hay que andarse con ojo para no quemarse.  HOTEL REAL DE LLEIDA (LÉRIDA) La bañera es algo estrecha. Rematada por un grifo de teléfono anclado a la parte ancha de la pared. Fenomenal presión, caudal y temperatura. Se protege con una mampara de cristal, pero quizá por la ubicación de la ducha se quede algo pequeño y llenamos el baño de agua con lo que salpicamos. Dentro de la bañera, además del bote de champú hay un toallero. El set de lencería se compone de una toalla de manos, colgada de la encimera y de una toalla de baño. Ambas pequeñas, viejas y de floja factura. 
Por la mañana, en la despedida, muy temprano, sólo nos preguntan por el minibar, nada más, mientras los recepcionistas siguen sentados trabajando sobre el ordenador y algunos folios.  Calidad/precio:
Servicio: 6.5
Ambiente: 6.5
Habitación: 6.5
Baño: 6.5
Estado de conservación: 7.5
Desayuno:
Valoración General: 6.5

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