
Y se quedaron tantas cosas por decir y sentir. Nos faltó tiempo. Por faltar, faltaron tantas y tantas cosas… Si te tuviera delante te diría que te mentí cuando te dije que podría haberme enamorado de ti. Lo hice. Me enamoré de ti y de tu forma de cantar en el coche, moviendo las manos al ritmo de los acordes de una guitarra que no estaba ahí. Y me mirabas, divertido. Te gustaba hacerme rabiar quitando las manos del volante. Y entonces yo te abrazaba despacio, apartándome en seguida para repetir contigo el estribillo. No se toca al conductor, decías siempre. Pero te gustaba que te diera la mano para besarla con fuerza.

