Revista Opinión
Hoy he sentido que la vida me quiere. Tengo la sensación de que merece la pena tener amigos que constatan la dicha de vivir y dejar vivir sin cortapisas.
Es más, hoy pienso que los amigos se tienen, pero también sé que se van haciendo a lo largo de nuestra existencia.
Si miramos en nuestro rededor podemos tener sorpresas. Sorpresas como la que el otro día me sucedió en una de las redes llamadas sociales.
Me encontré con una fotografía de un cuadro que yo había pintado al óleo, firmado en 1983. No me acordaba de él, pero sabía que en aquella época lo había regalado a unos amigos.
Han pasado muchos años desde entonces. Es hoy cuando me doy cuenta que merece la pena vivir.
No hace falta que te estén adulando todos los días como si fueras un objetivo a capturar.
Lo importante es que te consideren tu amigo aunque hayan pasado muchos años.
Hoy, después de 33 años me siento muy dichoso el que todavía me recuerden con cariño.
Yo también lo hago hoy.