Una tristísima realidad. La vida de un blogger es muy difícil ya se los había dicho yo. Pero se vuelve más difícil cuando tienes hartísima competencia ¡hasta de un perro!
Y yo iba feliz de la vida repartiendo a diestra y siniestra mis tarjetas de blogger (que son remonísimas gracias Snakes) y claroooo como esto es muy de bloff pues ya se imaginarán que todas mis amigas por acá en plan ¡pero si eres una Blogstar! y yo la verdad ¡me dejaba querer! Ya me conocen ¡me cuesta muy poco darme al desmadre!
En eso llegó el día de la boda de mi mejor amiga- capítulo que tocaré a parte- pero nos reencontramos compañeros de la universidad que hace ¡diez años no veía! ¡Y yo con estos pelos y estos kilos extras vacacionales! (Es que mi cuerpazo lo dejé en Lionville yo por estos lugares me entrego a las delicias culinarias).
Y así como que no quiere la cosa uno se enfrasca en la típica conversación de ¿dónde estás ahora? ¡Huy pero si eres Director de Planeación de la mejor agencia! ¡Huy pero si eres Directora General en aquella otra empresa! ¡Huy pero si trabajas en Coca-cola!
Y en eso se oye un ¡Huy pero si tu eres blogger!… ¡Cómo el perro!
¿Perdona?
Unas risas invadieron la mesa.
Mi trabajo había sido rebajado. Comparado con un perro. Un perro que es blogger. ¡Pero el cabronazo está patrocinado por Disney!
¡Si es que eso son enchufes y no historias! Y luego vamos quejándonos por la vida con Madresfera que las marcas no nos contemplan como profesionistas de la prescripción.
No las culpo….sin un perro es blogstar ¡nosotros no somos nadie!
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure