Revista Sociedad
Pues sí. Para todas aquellas personas que acaban de llegar de la Estación Espacial Internacional después de varios meses de estar por allí arriba, hoy es Navidad. Aquella fiesta en la que se celebra el nacimiento de Jesucristo pese a que está bastante claro que no nació este día (se dice que incluso nació otro año), pero que parece preocuparnos más por el qué nos regalarán y a ver cuánto podemos comer y beber sin reventar y/o sin tener que acabar yendo a Urgencias. Personalmente soy de los que la Navidad hace ya bastante tiempo que me deprime. Y no soy de los que va de un lado a otro poniendo buena cara. Más bien todo lo contrario. En alguna ocasión he tenido algún que otro encontronazo con otras personas por el hecho de no celebrar estas fiestas. Pero que nadie se lleve una impresión equivocada: No la celebro o no me gusta celebrarla no porque no me guste la Navidad en sí misma, sino porque no me gusta en qué se ha convertido.
Y es que, para no pocas personas, estos días se han convertido en una excusa más para beber y comer y salir de fiesta hasta altas horas de la madrugada. Afortunadamente, algunos nos hemos ido saliendo de esta lista. Obviamente, no es fácil ir un poco a contracorriente en determinados temas, sobre todo cuando hay tantísima gente que hace lo que se supone que ha de hacerse en determinadas situaciones o en determinadas fechas. Y es que hay millones de personas en todo el mundo que es de la opinión que se han de hacer determinadas cosas, entre ellas poner buena cara a todo el mundo, incluyendo aquellas personas que no te caen bien. Pero qué queréis que os diga. En mi caso soy de los que piensa que hay ocasiones en las que hay que ser mínimamente honesto, y a mí no me gusta celebrar la Navidad.
En fin, aunque yo no lo celebre, espero que todos aquellos que creen realmente en el espíritu navideño lo intenten pasar lo mejor posible en compañía de amigos y seres queridos. Y es que, en el fondo, una cosa no quita a la otra.
Y es que, para no pocas personas, estos días se han convertido en una excusa más para beber y comer y salir de fiesta hasta altas horas de la madrugada. Afortunadamente, algunos nos hemos ido saliendo de esta lista. Obviamente, no es fácil ir un poco a contracorriente en determinados temas, sobre todo cuando hay tantísima gente que hace lo que se supone que ha de hacerse en determinadas situaciones o en determinadas fechas. Y es que hay millones de personas en todo el mundo que es de la opinión que se han de hacer determinadas cosas, entre ellas poner buena cara a todo el mundo, incluyendo aquellas personas que no te caen bien. Pero qué queréis que os diga. En mi caso soy de los que piensa que hay ocasiones en las que hay que ser mínimamente honesto, y a mí no me gusta celebrar la Navidad.
En fin, aunque yo no lo celebre, espero que todos aquellos que creen realmente en el espíritu navideño lo intenten pasar lo mejor posible en compañía de amigos y seres queridos. Y es que, en el fondo, una cosa no quita a la otra.