Hoy los canarios estamos de fiesta: el 30 de mayo se celebra nuestro día, el Día de Canarias.
Durante esta jornada, festiva en las Islas Canarias, se celebran todo tipo de actividades culturales y de ocio, al igual que diversos actos del Gobierno de Canarias y de los Cabildos insulares de cada isla. Asimismo, el Presidente de Canarias entrega, en una gala institucional, los Premios Canarias y las Medallas de Oro como colofón de las actividades que se han desarrollado en todas las islas.
En realidad lo que conmemoramos en un día como hoy no es otra cosa que el aniversario de la primera sesión del Parlamento de Canarias, llevada a cabo el 30 de mayo de 1983, unos diez meses después de publicarse el Estatuto de Autonomía de Canarias por el Boletín Oficial del Estado. Este primer parlamento fue presidido por Pedro Guerra Cabrera, padre del famoso cantautor tinerfeño Pedro Guerra.
El Estatuto de Canarias se publicó el 10 de agosto de 1982, y, a semejanza de los estatutos de las demás comunidades autónomas de España, reconocía una mayor autogestión del archipiélago canario dentro del estado. Como antecedentes, hay que recordar que el intento de dotar a Canarias de un gobierno autónomo se remonta a la Segunda República. Sin embargo ese intento se pospuso por culpa de la Guerra Civil y de la dictadura franquista.
UN POCO DE HISTORIA
El proceso de mestizaje humano y cultural que caracterizó a las islas tras la conquista castellana, cuando ya casi despuntaba el siglo XVI, dio como resultado a la sociedad canaria moderna. A los propios conquistadores ibéricos se sumaron los descendientes de los indígenas, una gran cantidad de portugueses, normandos, berberiscos norteafricanos, esclavos negros que fueron traídos para el trabajo en las plantaciones azucareras, judíos, comerciantes genoveses, flamencos, ingleses, etc. Una amalgama cultural y humana que se fusionó de acuerdo a las nuevas leyes e instituciones de origen castellano (Fueros, Concejos o Cabildos, Real Audiencia, Gobernadores), y a las prácticas religiosas del catolicismo. Desde que Cristobal Colón partiese en 1492 desde el puerto canario de San Sebastián de La Gomera rumbo a las Américas, en su primer viaje, Canarias se convirtió en escala de las rutas hacia el Nuevo Mundo. De hecho, las islas fueron una excepción al monopolio que ejercía la Corona española desde la Casa de Contratación de Sevilla con respecto al comercio americano. Desde Canarias partían hacia América productos de contrabando europeos, así como producciones isleñas, principalmente vino. Esto convirtió a las islas y a sus puertos en nudos comerciales entre las dos orillas del Atlántico. Como contrapartida, Canarias se convertiría también en zona de rapiña para piratas y corsarios. Los caldos de malvasía canarios fueron especialmente aceptados en Inglaterra y Rusia y en el comercio con estos países se basó principalmente la economía canaria hasta el siglo XVIII. En cambio, las relaciones comerciales con el resto de España fueron escasas durante este periodo, debido a la falta de complementariedad entre las economías isleña y peninsular. El modelo económico de las islas se basó, además de en el autoconsumo agrícola y ganadero, en productos de exportación como la orchilla y el azúcar de caña. La caña de azúcar será el primer cultivo de exportación de la historia de Canarias y la carta de presentación de las islas ante la nueva economía-mundo que se estaba gestando. Desde Canarias, el azúcar y el ron irán hacia América. Será precisamente la competencia de los azúcares de Indias una de las causas que explicaría la posterior decadencia de este cultivo en las islas.
Edad Contemporánea
A inicios del siglo XX, cuando los colorantes artificiales desbancan a la cochinilla, los británicos introducen en Canarias el plátano. El colonialismo europeo en África y el creciente trasiego comercial convierten, una vez más, a los puertos de las islas en estratégicos puntos de escala para las rutas atlánticas.
Otro fenómeno crucial para entender la historia contemporánea de Canarias es la rivalidad existente entre las élites de las ciudades de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria por la capitalidad de las islas, que se encontraba en la primera, en Santa Cruz. Tras décadas de desencuentros, en 1927, durante la dictadura de Primo de Rivera, se procede a la división del archipiélago en dos provincias: Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife.
El 17 de julio de 1936, el general Francisco Franco, entonces comandante general de Canarias, da un golpe de estado contra el gobierno de la II República. Las islas pasan al "bando nacional" de una España en guerra. Tras el fin del enfrentamiento bélico se inicia la dictadura franquista, hasta la muerte de Franco en 1975. La posguerra y buena parte del franquismo estarán marcados en Canarias por una nueva interrupción de su secular relación con otras economías ajenas al ámbito peninsular: serán tiempos de miseria y emigración, fundamentalmente a Cuba y Venezuela. Sin embargo, desde los años 60 irrumpe en las islas el turismo de masas como una nueva alternativa económica, que perdura hasta la actualidad.
Transición y Autonomía
Tras la aprobación de la Constitución española, se inició el debate para la elaboración del Estatuto de Autonomía de Canarias, finalmente aprobado en agosto de 1982. El afán de amplios sectores por convertir a Canarias en una de las comunidades autónomas con mayores competencias, al mismo nivel que las llamadas "nacionalidades históricas", provocará en las islas tensos debates entre los grupos políticos que conducirán, mediante la fórmula del consenso, a la LOTRACA (Ley Orgánica de Transferencias a Canarias): ésta permitiría hacer una autonomía con nivel de desarrollo similar a las nacionalidades históricas.
Una reforma parcial del Estatuto, en 1996 da a Canarias rango de nacionalidad. En la actualidad se encuentra en trámite parlamentario un nuevo Estatuto de Autonomía para Canarias.
LA CULTURA CANARIA
Los elementos culturales que caracterizan al pueblo canario son el resultado de la historia abierta y mestiza que ha marcado el devenir de las islas. Los canarios hemos recibido, en mayor o menor medida, aportaciones de África, Europa y América, siendo las islas durante siglos -como hemos visto más arriba-, tierra de arribada, escala, intercambio y emigración. Todas estas aportaciones se han ido "aclimatando" a las características de las islas y sus gentes, para formar una identidad cultural rica y diversa.
Pese a tanta diversidad sí que existen tres elementos fundamentales: el guanche, de origen bereber; el europeo, fundamentalmente castellano, aunque con importantes aportaciones portuguesas, italianas, flamencas, británicas o francesas; y, finalmente, el influjo americano, producto de las relaciones comerciales y migratorias con Hispanoamérica.
A pesar del proceso de aculturación que sucedió a la conquista, el sustrato guanche está presente en juegos y deportes tradicionales como son la lucha canaria, la lucha del garrote o el salto del pastor; en algunos géneros del folclore musical (tajaraste, sirinoque); en la artesanía, fundamentalmente en la cerámica tradicional canaria, heredera de la indígena; en el habla canaria, sobre todo en el léxico referido al pastoreo, a elementos de la naturaleza (flora, fauna), antroponimia y la toponimia; en la gastronomía, principalmente a través del gofio y de sus derivados culinarios; en la religiosidad popular, como elemento que se mezcla con los ritos cristianos en determinadas manifestaciones (Virgen de Candelaria, Fiesta de la Rama de Agaete, animismo, etc). Se conservan, además, en la memoria colectiva, historias y leyendas que se refieren al mundo prehispánico como la del árbol santo de Garoé, la de Gara y Jonay, o la de la princesa Ico.
Cabe destacar, entre las aportaciones indígenas a la cultura canaria, el silbo gomero, único lenguaje silbado que se conserva en las islas desde época prehispánica, aunque adaptado en la actualidad al castellano.
Sin embargo, la sociedad canaria que nace tras la conquista y colonización del archipiélago se regirá por parámetros importados de Europa, fundamentalmente de la metrópoli castellana.
Asimismo, la aportación de los diferentes pueblos ibéricos está presente en gran cantidad de manifestaciones culturales canarias, aunque modificados de acuerdo a la evolución interna de las islas y a los gustos locales. Este influjo aparece, por ejemplo, en el folclore musical en géneros como las seguidillas, isas o malagueñas y en instrumentos como el timple. También aparecen claras influencias en la indumentaria tradicional, en la arquitectura popular, la gastronomía, en el dialecto canario, en la artesanía, etc.
La influencia portuguesa también es especialmente significativa en el habla canaria, que ha heredado una parte fundamental de su léxico del idioma luso.
Mención aparte merece la importancia cultural de la religión cristiana, elemento fundamental para la colonización de las islas. En la actualidad destacan las festividades en honor a cada una de las siete Vírgenes patronas insulares. Las romerías se han convertido en grandes manifestaciones de la "canariedad": fiestas de origen religioso en las que se exaltan los rasgos de la cultura tradicional. Por otro lado, junto a las fiestas de tradición cristiana, el carnaval es la gran fiesta de las Islas Canarias, celebrado en las siete islas del Archipiélago y famoso nacional e internacionalmente.
Además de todo lo anterior hay que señalar que la cultura canaria ha tenido especial protagonismo en la construcción de determinadas identidades nacionales, como la cubana, la venezolana o la uruguaya, siendo isleños los fundadores de ciudades como Montevideo (Uruguay) o San Antonio de Texas (EE. UU.).
En el sentido inverso, Canarias ha heredado de la América Hispana gran cantidad de manifestaciones y gustos culturales. Una vez más hay que destacar en este punto al habla canaria, emparentada con los dialectos del español caribeño, tanto en lo que respecta a la pronunciación como al léxico.
En lo gastronómico cabe destacar la importancia de la papa, llegada desde América, tanto por la gran cantidad de variedades que se cultivan en las islas como por ser el elemento fundamental de típicos platos como las papas arrugadas. Además, en algunas islas se ha generalizado el consumo de platos típicos sudamericanos como la arepa venezolana.
En la artesanía hay que remarcar la fabricación de tabaco puro de tipo habano, en la isla de La Palma.
En algunas fiestas, además encontramos reminiscencias de los tiempos de la emigración, siendo la más popular el Carnaval de los Indianos de Santa Cruz de La Palma.
Asimismo, la música hecha en las islas también denota influencias americanas, tanto en los "géneros de la emigración" (habanera, puntos cubanos) como en ritmos popularizados en las islas, formando ya parte del repertorio de famosos grupos de "música canaria" como Los Sabandeños o Los Gofiones (joropo, bolero, son, etc).
Llegados a este punto, quiero felicitar a todos mis hermanos canarios y enviarles el más afectuoso de los abrazos. Soy una chicharrera, tinerfeña y canaria henchida de orgullo por haber nacido y crecido entre la lava y el mar, bajo el sol y sobre las nubes. Por eso, porque sé muy bien de lo que hablo, a todos los que aún no habéis podido disfrutar de los senderos de mis preciosas siete islas, os invito a adentraros, pronto, por ellos. Os aseguro que Canarias jamás deja indiferente.
Os regalo un recorrido diferente. Si habéis llegado hasta aquí abajo en vuestra lectura, parad este video y volved a verlo desde un principio. Valdrá la pena porque os ayudará a desterrar algunos tópicos sobre Canarias. Porque las Islas Afortunadas no son sólo playa y sol, sino que, también constituyen un nexo, un nudo, un precioso enclave donde la magia y la ciencia, el pasado y el futuro, el arte y el esfuerzo, la lucha y la nobleza, la modernidad y la historia, el vacío y la cultura, la nieve y el fuego pasean, juntos, de la mano. Porque ser canarios no significa nacer y vivir en Canarias, sino que...
SER CANARIO ES VIVIR CANARIAS