Revista Opinión
Hoy les escribo a mis ausentes,Atacado por el insomnio,Producto de mí ofuscada menteDe solitario irredento,Otrora optimista hasta la muerte.
Hoy abro mi corazón a su ausenciaY dejo libres mis lágrimas,Que cual penantes ánimas,Quisieran eliminar la distancia.
Hoy desgarro mis venas mentales,Para verter su sangre en el papel,Para así aliviar de mi espaldaLa ya tan pesada carga,De una ausencia que no por necesariaDeja de marcar mi piel.
Recuerden llevar por siempre,Respeto y tolerancia, alegría y benevolencia,Altruismo y humildad, inteligencia y generosidad,Diplomacia y rectitud, buen genio y cordialidadY nunca, absolutamente nunca, pierdan la dignidad.
Hoy escribo a mis ausentes,En un día cualquiera, de un caluroso mes,Día en el que engendro estas palabrasQue me ayudan en el camino a recorrer,Esperaré paciente hasta que las vuelva a ver.
Esperaré la respuesta para los sueños que me he forjado,No importa cuántas veces caigan, volverán a levantarse,Serán como el ave gigante que sus alas despliega al instante,Sintiéndose en libertad para los aires surcar,Hasta que por fin llegue, el tan ansiado momento,En que podremos volvernos a encontrar.
Arturo Neimanis