No tengo ganas de escribir; tampoco, de ponerme en cara, ojeras y cuello los mil productos de cosmética avanzada masculina que me acaban de regalar. Tampoco puedo ponerme a la vez todos los maravillosos gayumbos que me han traído. Tengo ganas de seguir –todo el día- escuchando música.
Lo que es hoy, estoy Bach, algo Bach. Quiero compartir esta coral de la cantata 140. Disfruta conmigo. Soñemos un mundo mejor.
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