La actitud que tomas frente a los problemas o sucesos que se te presentan cotidianamente es lo que finalmente determina la dimensión e importancia de los mismos.
Hay dos formas de ver el vaso: medio lleno o medio vacío. Tú eliges si te alegras por observar la mitad llena o puedes preocuparte por la mitad vacía. Esto no es ni más ni menos que una cuestión de dos actitudes antagónicas: la positiva y la negativa. Sin dejar de ser realista o soñador, puedes transformarte en una persona más positiva y creativa para vivir las circunstancias de una manera menos traumática y más relajada.
Para comprender esto mejor, deseo compartir el testimonio de don Adrián Gamboa de 57 años, quien es un triunfador con actitud y a quien siempre le escucharás afirmar que hoy está “mejor que ayer”.
-“Hace once años –cuenta don Adrián- me descubrieron un aneurisma cerebral y me llevaron de inmediato al hospital en donde estuve 6 meses en coma y dos años internado en el hospital”.
Un aneurisma cerebral es un área débil en la pared de un vaso sanguíneo que provoca que éste se ensanche o se abombe, lo cual no representa un riesgo mayor mientras que no haya lesión. El peligro se halla en una ruptura causando sangrado intracerebral, justo lo que le sucedió a don Adrián.
Los aneurismas cerebrales rotos con frecuencia son mortales. Aproximadamente un 40% de las personas muere dentro de las primeras 24 horas y otro 25% muere dentro de un período aproximado de 3 meses. Sin embargo, de los que sobreviven, la mayoría tendrá algún tipo de discapacidad permanente.
Don Adrián tuvo una ruptura mayor y su cerebro se inundó de sangre; cuenta además que su dictamen médico lo declaró fallecido por dos minutos. También recuerda que un sentimiento de su abuela durante ese tiempo muerto, le devolvió la vida cuando los médicos no tenían nada que hacer. El asegura que comprendió que había un propósito para el cual debía vivir.
Explica que el milagro fue tan grande, que sin esperanzas médicas, hoy cuenta con el privilegio de mantenerse mentalmente sano, aunque sabe que arrastrará las secuelas durante el resto de su vida.
Pero don Adrián nunca se rindió y se presenta siempre puntual a su rutina diaria del gimnasio que le toma al menos dos horas realizarla, para luego iniciar una caminata por la ciudad donde se transforma en el ejemplo de voluntad y disciplina para quien tenga el honor de conocerlo.
- Debo esforzarme cuatro veces más, para lograr el mismo resultado que los demás, así que debo comenzar temprano para lograrlo. –comenta con tono seguro y gran emoción – Además siempre me siento renovado, motivado y no estoy vivo en vano. Mi propósito es compartir mi testimonio para invitar a todos a comprender y amar la vida, así que siempre estoy “mejor que ayer”.
Don Adrián es un ejemplo vivo de actitud, disciplina y fuerza de voluntad. El decidió elegir el vaso medio lleno y hacerle frente a su difícil realidad con la mejor cuota de optimismo porque tiene un propósito para vivir. Pero tristemente la mayoría hubiese justificado el vaso medio vacío y quizás, postrados en una cama, definir el final de sus vidas por la corriente de la negación.
Mas que solidaridad o congoja por una realidad tan difícil, don Adrián representa una viva fascinación heroica para quienes guardan esperanzas de superación.
Por eso, para dejar de ver todo negro y cultivar una verdadera “actitud positiva”, a continuación les propongo algunas reglas de oro que, si se siguen al pie de la letra, te convertirán en una nueva persona:
Relájate y respira profundo
Si algo te salió mal o te sientes un poco depresivo, lo mejor que puedes hacer es relajarte y concentrarte en la respiración. Se ha comprobado que los métodos de relajación ayudan a deshacerse de los pensamientos negativos, favorecen el control de las emociones y purifican el cuerpo.
Haz lo que piensas
Si piensas una cosa y terminas haciendo otra totalmente diferente, te sentirás inconforme contigo mismo. Trata de evitar las conductas contradictorias, sobre todo si no quieres que te invada un profundo sentimiento de fracaso existencial.
Aprende a ver el lado positivo de las cosas
Debes aprender que en la vida no todos los momentos son buenos, hay algunos peores que otros e incluso algunos son indeseables. La clave está en aceptar los hechos que son irremediables sin ningún tipo de frustración o enojo desmedido. Una reacción emotiva, descontrolada o negativa, para afrontar un momento duro en la vida, es una clara muestra de debilidad y fracaso. Al contrario, la serenidad, el autocontrol y la visión positiva de las cosas son las mejores armas para enfrentar con éxito lo que te toca vivir.
Evita las comparaciones
Para cultivar una actitud positiva nada mejor que ser uno mismo. Tanto las comparaciones como las idealizaciones de cómo deberías ser tú y de cómo deberían ser las cosas, son muy perjudiciales para tu salud mental y tu autoestima. La frustración y la envidia que se genera al ver en otros lo que uno quiere ser, son pensamientos altamente negativos que debes aprender a controlar para evitar sentirte deprimido. Lo mejor es aceptarte tal cual eres y tratar de cambiar aquellas cosas que te molestan de ti mismo, pero dejando de lado las comparaciones, pues cada persona es única.
Vive el presente
Si piensas continuamente en lo que debes o puedes hacer en el futuro te pierdes de vivir el presente. Además este tipo de pensamientos alimentan la ansiedad y las preocupaciones y no te permiten disfrutar de los pequeños momentos que te da la vida. Para dejar de divagar y angustiarte por lo que todavía no sucedió, nada mejor que centrar todos tus sentidos en el aquí y ahora, sin dejar de lado los sueños y los proyectos.
Olvídate de los detalles
La obsesión por la perfección sólo puede conducirte a la desilusión. Pues no todo es tan perfecto como siempre pretendes que sea, la vida está llena de pequeños detalles que la hacen encantadora y única. Si deseas que todo esté de acuerdo a tu esquema de valores, te pasarás todo el tiempo tratando de acomodar esos detalles para que se vean perfectos, pero le quitará el sabor de disfrutar las cosas tal cual se presentan. Busca un equilibrio y deja de lado el exceso de perfeccionismo, te sentirás mejor.
Mueve el cuerpo
Pasa cuanto antes a la acción y permítele al cuerpo moverse con total libertad. Practica un deporte, haz alguna actividad física, recrea tu mente a través del baile o de un paseo por el parque. De esta forma elevas tus niveles de adrenalina y serotonina aumentando el optimismo y desechando los pensamientos negativos.
Cuida tu imagen
Verse bien es una manera de sentirse bien. El cuidado personal te hará sentir más renovado y te ayudará a romper el círculo cerrado del pesimismo. Intenta cambiar de imagen regularmente y no dudes en arreglarte cada vez que sales de tu casa. Asimismo evita el encierro, esto te obligará a modificar tu aspecto.
Presta atención a los demás
Creerte el centro del universo sólo alimentará las obsesiones que tienen por ti mismo. Poco a poco, comienza a centrarte en los demás y recuerda que ayudar al prójimo puede ayudarte a sentirte mejor y más positivo. Los problemas de los otros pueden hacerte tomar conciencia de que no todo lo que te pasa es tan grave.
Duerme plácidamente
Acostúmbrate a mejorar tu calidad de sueño. Dormir bien es una excelente manera de mejorar tu estado de ánimo durante el día. Recuerda que un mal descanso incide directamente en tu humor, te hace sentir cansado e irritable, y sobre todo no te ayuda a cambiar la actitud.
El mayor descubrimiento de cualquier generación es el de que los seres humanos pueden cambiar sus vidas cambiando sus actitudes mentales. Autor: Albert Schweitzer