El
fútbol es más hermoso cuando entra en escena la sorpresa del buen juego del débil.
En la liga del duopolio es muy gratificante que el dúo milloneti las pasen
canutas frente a quienes tienen que hacer cestos con más ilusión que mimbres, y eso es lo que ha pasado con el
Barça y el Madrid frente al Sevilla y al Villareal.
Los
amarillos empataron un partido en casa que debieron ganar a los puntos si hubiese
sido un combate de boxeo en lugar de un encuentro pelotero. Sólo un grandioso Diego López lo evitó conjurando,
esperemos, las injustas críticas indirectas que recibe con el asunto de la
suplencia de Casillas. El gallego ha
demostrado suficientemente desde que se hizo con la portería merengue no que
sea mejor que el madrileño sino que está sobrado para hacerlo con todas las
garantías. ¡Oido, Del Bosque!
El
sábado, algunos nos llevamos la enorme alegría de ver por fin al Real con una
mayoría de jugadores españoles – seis de inicio- y a cinco extranjeros, de los
cuales sólo dos de ellos podrían tildarse
como de indiscutibles: Cristiano y Bale – éste, un suponer por lo que ha costado-, y los
otros tres de perfectamente sustituibles por gente de la casa o del país. El
defensa Pepe y el delantero Benzemá, con el horrendo partido jugado
por ambos en tierras castellonenses, están más para allá que para acá, y el
croata Modric es un futbolista
aprovechable pero canta defensivamente fuera de casa sobre todo a pesar de la enorme
voluntad que pone. Y tampoco es que marque diferencias con los medios contrarios. Precisamente los del
Villareal, con Bruno poderosísimo y
el veterano Cani esplendoroso,
mandaron en amplios periodos del partido, sólo contrarrestados por algunos
toques de distinción del excelente Isco
y el pundonor de Illarra, quien
evidenció los dos meses que lleva sin jugar. De Bale se puede opinar bien poco
por lo desubicado que estuvo, sobre todo en defensa, y solamente su instinto y
anticipación en el gol, un disparo y una galopada de las que se le presumen,
aparte de que mete la pierna de verdad, hacen esperar buenas cosas suyas en el
futuro.
De
los demás, vimos a un buen Carvajal
con estupendos registros en ataque y seriedad en defensa aunque echó en falta
que el interior de su banda le respaldara mejor; y a Nacho sufriendo más de la cuenta por la falta de cobertura al
principio del central de su lado, Ramos,
y la ocasional del croata porque del portugués no puede esperar más.
Finalmente, Morata, en el poco
tiempo que estuvo, se le notó la aceleración lógica de querer demostrar más de
lo que puede en el escaso tiempo que le dan; Di María como siempre y Khedira en su línea: sobrio en los cuerpo a cuerpo y
con su querencia natural de ataque
descuidando a veces las coberturas; es lo que le dijo inopinadamente su
anterior entrenador, que es más medio de ataque que puntal defensivo. ¿Ustedes
lo entienden?
Del
Barça ya dijimos que en su banda izquierda tres son multitud: Alba – sobre todo - o Adriano, Iniesta y Neymar se
estorbarán más que otra cosa, aparte de que puedan hacer alguna triangulación
fantástica dada su calidad, pero esa situación provocará que el manchego pierda
la referencia de donde mejor ha rendido y tenga que emigrar más al centro o a
la otra banda si quiere tocar más bola. Conclusión, que los azulgranas pierden
a un hombre esencial. Por eso, en cuanto juega Cesc en su lugar, más
acostumbrado a moverse por todo el frente de ataque y en un extraordinario momento de forma, luce eficacia
y brillantez y su equipo lo nota para bien, como se evidenció contra el Sevilla,
que con seriedad y un Rakitic
espléndido sorprendió jugando un gran partido mereciendo empatar, o más.
Con
Xavi distribuyendo como siempre pero
a una velocidad menor, y con Busquets
menos claro que antaño, los culés se muestran espesos teniendo que bajar Messi a por balones jugando veinte metros detrás de donde más daño
hace y obligando a Piqué y a Macherano a repartir demasiado juego,
con Alves de extremo y Valdés muy atento. Deberán mejorar la velocidad y otras cosas si
no quieren ganar demasiadas veces de chiripa.
Finalmente, felicitar a Ancelotti
por su apuesta joven y pedirle que persevere en ella. Aunque todavía tiene que
hallar su mejor sistema de juego; ojalá sólo sea cuestión de tiempo.