Un domingo, 4 de junio de 2006, cogía rumbo con mi saxo plateado y estanjano, desde mi pueblo natal en Cataluña, hacia mi nueva tierra, Cantabria. Parecía que no quería que me fuera, porque un gran atasco en la autopista nos retraso hora y media, por lo menos, fuimos cantando y hablando durante las siete horas y media que duró el viaje en el pequeño coche lleno de cosas hasta los topes y lleno de ilusiones y lucha, porque desde el principio, estanjano y yo no tuvimos las cosas fáciles (la distancia fue de los principales obstáculos, y seguimos saltando). Y al llegar un gran cartel que decía, bienvenida a tu casa (del cual no pongo imagen aunque me gustaría, pero sin permiso de estanjano ya que fue el autor material). Qué jóvenes éramos, verdad estanjano?
Lo mejor de estos seis años, obviamente, nuestro pequeño estanjanito y mi amor por esta tierra que me adoptó, a veces, parezco más cántabra que estanjano, jeje y eso es muy difícil!
Gracias Cantabria por acogerme (te quiero mucho), y gracias Cataluña por no olvidarme (te echo mucho de menos)