Un día como hoy, 9 de agosto, hace 66 años, los norteamericanos lanzaron la segunda bomba atómica sobre Japón, este vez sobre la ciudad de Nagasaki. Fat Man era una bomba de plutonio mucho más mortífera que la lanzada sobre Hiroshima de uranio 235.
A pesar de esa mayor capacidad destructiva, las víctimas (aproximadamente unas 80.000) fueron menos en Nagasaki que en Hiroshima, en parte gracias a la orografía, las colinas circundantes protegieron partes de la ciudad de la onda expansiva.
Nunca existen motivos suficientes para lanzar una bomba sobre población civil, como en Hiroshima; y mucho menos justificado está que los americanos, a pesar de las diversas razones que aporten, realizasen este segundo lanzamiento sobre Nagasaki.
Como todos los años, los habitantes de Nagasaki han recordado el aniversario de esta masacre, este año teniendo en el horizonte el desastre de la central de Fukushima, lo que ha servido para reivindicar el uso de energías renovables que reemplacen a la energía nuclear
Revista Cultura y Ocio
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