Hace 79 años, el 19 de agosto de 1936, en Granada fue asesinado Federico García Lorca.
Cinco sombras funestas se acercaron a la casa de la familia Rosales, donde estaba refugiado Federico García Lorca, dos eran guardias civiles, dos eran políticos pertenecíentes al partido Acción Popular, adscrito a la CEDA y el quinto era falangista; los recibe doña Esperanza, madre del poeta Luis Rosales, uno de ellos dice:
- Tenemos orden de arrestar a Federico García Lorca, que ustedes protegen.
- Esto es un error... un terrible error... dice doña Esperanza.
Federico sale y es detenido sin orden judicial ni acusación que lo justifique, tan sólo la de ser republicano y homosexual. Es trasladado al Gobierno Civil y unas horas después, en la madrugada del 19 de agosto, sin juicio, es asesinado, junto a dos banderilleros anarquistas y un maestro de escuela por un grupo de pistoleros.
Los nombres y apellidos de todos ellos se conocen, uno de ellos se jactó públicamente de darle "dos tiros en la cabeza al cabezón". Nunca nadie pagó por este crimen perpetrado por asesinos de las ideas y la cultura, el crimen de sepultar una boca, que para enojo e incriminación de sus autores, sigue expresándonos su amor, en libertad por los caminos de la memoria, porque nos amó con un amor generoso... un amor puro... el amor del poeta...