Hoy hago 5 años como contable, se puede hablar de que soy contable senior...se dice que cuando se hacen 5 años se llama así.
En esos años me ha cambiado mucho la vida, entré en una empresa, gracias a mi una persona muy querida llamada Julia, ella fue la que me contrató con 24 años, no tenía experiencia como contable pero si me tenía toda la teoría que pude estudiar y también realicé un curso de 4 meses para que no se me olvidara la contabilidad, si no lo practicas te acabas olvidando de ello.
Conseguí mi primer trabajo en este oficio el 21 de julio de 2011, tenía muchos miedos, por descuadrar la la contabilidad de la empresa, que no supiera contabilizar una factura, cuadrar bancos...todo un caos, pero lo superé, superé los obstáculos y no baje los brazos en ningún momento, no bajé la guardia, me pusieron más trabajo, facturación y más tarde acabé haciendo proveedores y presentando impuestos, ya que cuando entré solo contabilizaba facturas de tienda online y multimarca.
A lo largo de esos 4 años y medio he aprendido el valor de la amistad en el trabajo, quien es una víbora trepadora, quien presume de tener mucho y luego donde no poder caerse muerto, de quien fiarse, de quien es fiel a su palabra y quien no.
De como pasar de tener un estado de ánimo bueno y acabar el día buscando el puente más cercado para tirarte o buscar un cuchillo para cortarte las venas.
He tenido 4 jefes, cuando cada uno contabilizaba como su padre y su madre y cada una daba una instrucción diferente, hasta que me planté y dije...yo contabilizo determinados asiento de esta manera y punto, es lo que hay.
Después de 4 años y 8 meses tuve que emprender un nuevo camino, cumplí una etapa.
Ahora estoy en otra empresa más grande, con gente más normal, más como yo, sencilla. Con sus más y sus menos.
El primer mes estaba fatal patológicamente, echaba mucho de menos mi primer trabajo, mi primera experiencia y a mis compañeras. Estaban en una situación muy compleja y no hay día que no supiera del drama que estaban pasando. Echaba de menos mi boli, mi cuaderno, ¡¡hasta mi mesa y mi silla!!
Después de aquel mes me tranquilice, empecé a aterrizar, ya sentía como mío mi ordenador, mi boli y mi grapadora.
La calculadora seguía siendo la misma, me la llevé de mi primer trabajo, no me podía separar de ella, jejeje, tiene hasta valor sentimental.
¿Sabéis que es lo peor de cambiarse de empresa? que tienes que demostrar de nuevo todo lo que vales, superarte más de lo que ya te estás superando y aún así, a veces, parece que no es suficiente. Como si mi curriculum no hablase por si solo...pero no, no vale.
Ahora contabilizo notas de gastos, facturas de acreedor y concilio todos los bancos de la empresa. Tengo mucho menos estrés y soy otra persona.
Atrás dejé aquella niña que no tenía ni ida, ahora está la mujer que puede rebatir a un jefe porque sabe de lo que habla.
Cinco años muy intensos, me gusta lo que hago.
¿Quién iba a pensar que acabaría así, siendo contable, cuando no me cuadraba ni un examen de balances y cuenta de pérdidas y ganancias cuando era estudiante? Yo quería hacer recursos humanos...
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