Revista Diario

Hoy he ido al endocrino.

Por Negrevernis
Tengo un problema de tiroides desde hace tiempo -daños colaterales del embarazo, aquello que nunca te cuentan. El médico que me trata el tiroides también tiene un problema.
Hoy iba a la consulta.
- Buenos días -digo, con la sonrisa de quien va al médico sin gana.
- Buenas tardes -contesta, mientras mira el papel-. ¿Nombre? ¿A qué vienes?
- Negre, es una revisión, estuve aquí hace unos meses -contesto, mientras me pregunto que cómo es posible que este hombre no encuentre mi ficha o alguna amable señorita no se las deje preparadas antes de las consultas.
- Pero, ¿te has hecho la analítica o vienes así, sin más? -me ataca.
- Traigo los resultados de los análisis, los que me pidió hace unos meses. Estará todo en mi ficha -le recuerdo-: no es la primera vez que vengo.
El endocrino abre el sobre que le tiendo, mira por encima el baile de cifras.
- Está todo bien. Supongo que estás tomando tus medicinas -dice, mientras guarda los papeles. Mi ficha no aparece en su mesa. Qué buena memoria tiene, pienso.
- Claro, puntualmente, cada mañana.
- Muy bien, ¿algo más? Porque no me vendrás ahora con hacer régimen o algo así -insinúa, repatingándose en su silla.- Porque ya veo que no estás en los huesos, precisamente.
Respiro hondo, mientras compongo mi cara de amable-para-todo.
- La verdad es que quería un régimen personalizado, ya que me pidió un estudio hace un año -le informo, disimulando amabilidad.
- Eres como todas las mujeres: ¿para qué? Porque luego las mujeres hacéis eso, colgáis la dieta en el frigorífico y a los diez días buscáis en las revistas del corazón otra cosa -me dice, sin controlar una sonrisa irónica.
- Disculpe -mi autocontrol se pone a prueba-. Soy capaz de adelgazar veinte kilos, no es la primera vez. Sólo quiero un control médico.
- Tonterías de mujeres, no tengo tiempo -despacha rápido-. Todas las mujeres sois iguales. He hecho seis oposiciones, no estoy para perder el tiempo.
- Buenos días -le respondo, decidida, mientras me despido, a no volver jamás a su consulta. ¿Dónde estará el directorio médico? ¿En el armario? ¿En la librería? ¿En el baúl?
- Buenas tardes -dice, sacando el teléfono móvil del bolsillo izquierdo de la camisa.
Me pregunto qué pasaría si yo tuviera una entrevista así con una familia... Buenos días. Buenas tardes.
Hoy he ido al endocrino.

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