Hoy me enamoré una vez más de mi novia…
Era temprano por la mañana, una de tantas en las que voy tarde con cualquiera que fuese el motivo de turno. Uno que de calma solo tiene tu voz a través del auricular.
Un taxi de emergencia que con música salsa acompañaba el dulce recuerdo de una noche de ron y risas. Los suspiros iban al ritmo del estribillo de “Hechizo de Luna”… Un mensaje tuyo que no podía responder y tu angustia por saber si llegué a tiempo.
Comentabas alegre esos planes que a futuro delinias con pinceladas que cada vez van poniendo más presión en cada trazo. No vemos el lienzo terminado, pero ya sabemos lo que dibujaremos. Lo que aquella obra quiere transmitir al mundo
No fue un día diferente. La música era igual, la gente seguía en aquel interminable ida y vuelta mientras que yo escapaba de la insufrible rutina con aquella sintonía de completar frases, de adivinarnos gestos y de suspirar por un beso.
Hoy me enamoré de aquella mujer que se vistió de madre. De aquella dama que se lució de mujer. Me derrumbé ante la sencillez de un polo de manga corta y un pantalón de tela suave, mientras escuchaba atento sobre aquel desayuno con tus amigas.
Me enamoré en silencio de tus gestos. Me encapriché con descaro de tus ojos chinitos. En esta ocasión, una vez más, mi corazón se derritió ante tu magia… Ante tu sonrisa.