“Será por el nublado”, “eso es por el calor”, “es por el cambio de estación”, y así un sinfín de “pre-textos” (antes del texto de mi vida) que hacen que me detenga en estas frases como excusa para no atender a lo que realmente me implica, a la razón por mi desgana por empezar el día, a estar de mal humor... Así es que se recurre a estas explicaciones para no poner en juego lo que acontece en mí mismo, en mis propias relaciones personales, laborales, sexuales... El psicoanálisis descubre el porqué de estas cuestiones: hay siempre un deseo inconsciente incompatible con mi pensamiento consciente, por lo que se traduce en un conflicto conmigo mismo y que se desplaza a los demás. Esto quiere decir que no siempre lo que uno quiere es lo que desea. Hay algo que no es aceptado de la propia vida y que está sobredeterminando el día a día. Cabe pensar ¿si le sucediera algo que espera felizmente no desaparecerían todos esos “síntomas”? En lugar de asomarse a la ventana para ver cuáles son las condiciones meteorológicas de la mañana, trate de mirar en su interior para resolver las cuestiones que le hacen agarrar las nubes a manos llenas y nublar sus propios deseos.
Laura López, psicóloga-psicoanalista
Revista Psicología
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