Llegas a casa, no tienes ganas de ponerte a cocinar, pero ya estás hasta los mismísimos de hacerte ensaladas, calentar pizzas precongeladas y el socorrido pan con tomate y jamón ya te sale por las orejas... ¿qué hacer?. Esta pregunta que todo el mundo nos hemos hecho en un momento o en otro, tiene una solución sencilla, rápida y nutritiva que, en poco más de media hora, permite hacerte un plato de cuchara sabroso y que te dejará bien colmado: Un arroz con garbanzos.
Para este plato para 3 personas necesitamos:
- 1 cebolla mediana
- 1 litro de caldo de pollo
- 180 gr. de arroz redondo
- 300 gr. de garbanzos cocidos
- Aceite de oliva
- Sal
Comenzamos cogiendo la cebolla y, después de pelarla (obvio, pero siempre habrá algún despistado), la cortamos en trozos pequeños y, en una cazuela con un chorreón de aceite, le ponemos un pellizco de sal, la salteamos y la sofreímos con el fuego a 3/4 de su potencia.
Cuando ya esté trasparente, le tiramos el arroz y le damos vueltas a fin de que se dore un poco y absorba el líquido que quede de sofreír la cebolla. Es lo que en catalán llamamos " rossejar" y, a mi parecer, es uno de los pasos más importantes para que un arroz quede bien.
Cuando el arroz ha secado el poco líquido que quedaba y empieza a tomar un poco de color (no nos pasemos tampoco) le tiramos el litro de caldo de pollo y, a partir del momento en que vuelve a hervir, contamos 20 minutos, que será el tiempo que tarde en hacerse el arroz -al menos a nivel del mar, y ponemos el fuego a media potencia. Si os gusta más caldoso, lo tapáis para que no se evapore todo el caldo y si os gusta más seco, dejadlo abierto vigilando que no se os queme por falta de líquido, en cuyo caso le podéis tirar un vaso de agua para que acabe la cocción.
Cuando falten 5 minutos para cumplir los 20 minutos de cocción del arroz, le añadiremos los garbanzos. Como ya están cocidos, no hace falta tenerlos más tiempo, si no, se desharían todos.
Removeremos un poco para que los garbanzos queden repartidos por el arroz y acaben de coger el sabor del caldo. Será el momento de probarlo y rectificar de sal.
Dejamos que el conjunto acabe de cocer y cuando sean los 20 minutos, lo apartamos y servimos en plato hondo.
Un buen plato, barato, fácil y rápido que puede ayudar a restaurar algún sufrido estómago, sobre todo en las temporadas más frías del año.
Otras recetas en Memento Mori: