Revista Historia

Hoy, salimos: Font de Les Planes

Por Ireneu @ireneuc

Les Planes de Vallvidrera, en pleno corazón de Collserola, ha sido desde hace más de un siglo, un espacio de asueto para la clase popular barcelonesa, que encontraba en sus merenderos y en su excelente comunicación con los Ferrocarriles Catalanes, el perfecto lugar donde pasar un domingo en plena naturaleza. En la actualidad sigue siendo un espacio muy concurrido, donde las familias y grupos, por poco dinero, pueden alquilar las barbacoas y organizarse una comilona al aire libre. Si no es de los que les atrae el autoservicio de las brasas, en uno de sus establecimientos más emblemáticos, podemos tomar una excelente calçotada a un precio razonable: el Restaurante Font de les Planes

  • Nombre: Font de Les Planes
  • Dirección: Ctra. de Vallvidrera a Sant Cugat (BV-1462) Km. 6,5 (ver mapa)
  • Población: 08017- Barcelona

    Servicio: Amable y atento, aunque un poco estresante.
    Tipo de comida: popular catalana.
    Precio: Menú Calçotada (pan con tomate, calçots, alcachofas, carne, postre, bebida y café) entre 27 y 31 €

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El restaurante Font de Les Planes, esun local grande y acogedor que ha crecido en paralelo al enorme merendero que ha dado fama a la zona. Es justamente por la gran afluencia de gente a los merenderos que el restaurante también se pone hasta la bandera durante los fines de semana. Apto también para grupos, el servicio se divide en dos turnos, que intenta absorber de la forma más organizada y rápida posible la gran afluencia de comensales de todo tipo y condición. Si va en grupo, conviene reservar con antelación. Si son menos de 4 no aceptan reservas, pudiendo tener que esperar un rato hasta tener mesa disponible.

La comida, con el sabor más auténtico de la cocina popular catalana, sin ser raciones pantagruélicas en el menú calçotada más barato (3 medias alcachofas y una docena de calçots, seguidos de unas judías con butifarra), está bien hecha y muy sabrosa, por lo que la relación calidad-precio es bastante correcta. No hay que preocuparse por mancharse con la salsa romesco en la que se untan los calçots, ya que se suministra el correspondiente babero, guantes de plástico y su toallita de limón para hacer de la calçotada una experiencia muy agradable y divertida. Eso si, le recomiendo quitarse los guantes para hacerse las típicas fotos con el móvil, más que nada porque la pantalla táctil no funciona con los guantes (a parte de dejarla hecha unos zorros, claro).

En el platillo negativo de la balanza tenemos que la gran afluencia de personal hace ir a los camareros auténticamente de cráneo para atender a todo el mundo correctamente. El servicio, correcto y atento, se consigue ampliamente, pero con el inconveniente de estar demasiado encima de los clientes transmitiendo con ello cierta presión y atosigamiento innecesario fruto del estrés de los camareros, situación que puede llegar a incomodar. Todo sea el decirlo, los defectos del servicio -en todo momento muy amable y simpático- no invalidan para nada la magnífica experiencia gastronómica del local.

En definitiva, un local muy recomendable para ir en familia o grupos de amigos, donde la diversión y la buena experiencia culinaria está más que asegurada. Asimismo, totalmente recomendable para los turistas extranjeros que visitan Barcelona y quieran disfrutar de un ambiente gastronómico auténticamente catalán a 15 minutos de la Plaza Catalunya.


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