Tal día como hoy, 4 de abril, de año 1515, Teresa de Jesús era bautizada en la Iglesia de San Juan. Ese mismo día se inauguraba oficialmente el actual edificio del Monasterio de la Encarnación de Ávila, donde años más tarde, ingresaría Teresa. Las monjas de la Encarnación clausuran hoy, con una Eucaristía presidida a por el obispo de Ávila, D. Jesús García Burillo, las celebraciones del V Centenario de su fundación. Tras concluirse este acto, se procederá a la bendición del llamado Locutorio de la Vocación, donde se tiene constancia de que Santa Teresa siendo joven visitaba a su amiga la hermana Juana.
Juana José Nicolás Guardiola, una joven murciana, al acabar la misa, hacía su entrada en la Encarnación como postulante, paso decisivo en su vida en el que estuvo acompañada por sus familiares y amigos.
El Monasterio de la Encarnación se funda en 1478 en el interior de la ciudad amurallada, siendo a principios del S.XVI cuando el convento carmelita se traslada a las afueras de la ciudad, construyéndose el monasterio sobre unos terrenos adquiridos al Cabildo y que, anteriormente, había sido el cementerio judío.
Aquí entró Teresa de Ahumada el 2 de noviembre de 1535, y un año más tarde tomó el hábito. Vivió 30 años en este lugar, que guarda numerosos recuerdos de ella. Aquí se desarrolló su proceso de transformación espiritual, que narra en el Libro de la Vida.
Santa Teresa frecuentó los locutorios de este monasterio. Estando en el segundo de ellos con una persona, se le presentó el Señor con gesto severo, y en otra ocasión vio Teresa a un animal a manera de sapo, que avanzaba hacia ella. En el tercero de estos locutorios habló con San Juan de la Cruz sobre el Misterio de la Santísima Trinidad, quedando abstraídos los dos. Según la tradición, en el cuarto de estos locutorios se entrevistó con San Francisco de Borja y San Pedro de Alcántara.
De aquí salió Teresa para fundar S. José en 1562. Treinta religiosas de la Encarnación participarían en sus sucesivas fundaciones. Teresa fue también, años más tarde, priora de este convento (1571-75), adonde trajo a Juan de la Cruz como confesor, que permaneció en esta labor hasta que en 1577 fue apresado y llevado a Toledo.
La iglesia del monasterio conserva el comulgatorio y el confesionario de San Juan de la Cruz La capilla de la Transverberación se construyó sobre el lugar que ocupó su habitación, en recuerdo de una de las gracias místicas vividas en este lugar (Cfr. Vida 29, 23) “Veía un ángel cabe mí hacia el lado izquierdo… en las manos un dardo de oro largo, y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Este me parecía meter por el corazón algunas veces y que me llegaba a las entrañas; al sacarle me parecía las llevaba consigo, y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios…”
Crónica de la celebración en Diario de Ávila
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