Hoy te confesaré algo personal…

Hoy es mi cumpleaños. Son “solo” 50+1 años! Y aunque quizás ya sabes que no me gusta mirar atrás, en esta fecha sí me apetece hacerlo y ver cómo he llegado hasta aquí! Cumplir años nos invita a revisar nuestro pasado, a perdonarnos los errores cometidos y a saber qué equipaje llevamos para el resto de nuestra vida, con lo presuntamente aprendido! No me gustan demasiado las celebraciones, lo reconozco, aunque sí celebre que hoy estés aquí! Tal vez porque celebro más los años que me quedan (sean los que sean) contigo, que los años pasados con los que ya no están…

Como suele pasar y sin entrar en detalles, mi vida hasta hoy ha tenido cimas y valles, como la de todo el mundo. Personas, momentos y lugares que marcaron los acontecimientos de mi vida, seguramente más de lo que hubiera deseado. De las cimas surgió todo eso que hoy considero mi derecho a vivir y revivir… pero fueron los valles los que me enseñaron a ser tal cual soy y a levantarme, cada día. Y mi único mérito es, precisamente, haber sabido salir de ellos y aprender la lección que siempre traían consigo! Entre otras cosas, esa capacidad de crecer ante  las dificultades, esa cualidad de ver siempre la botella medio llena y, sobre todo, esa virtud de identificar a las personas que sufren como yo lo hice y aún hago… y saberles -a veces- dar lo que, en cada momento, creí que necesitaban de mí, ya fueran mis palabras, mis gestos o mis silencios!

Seguramente, llegado hasta aquí, solo tengo claro que fue largo el camino, que dejé muchas cosas atrás y que hoy solo sé que no tengo nada más que lo que entrego a quien sepa y quiera acogerlo en su corazón, donde me gustaría estar siempre. Para, al fin, reencontrarme con mi alma y no volverla a traicionar (eso siempre se paga) tuve que abandonar personas y circunstancias cómodas, como, entre otras, echar a perder mi matrimonio y muchas otras oportunidades, dejar de vivir el día a día de mi linda y querida hija… pero tuve que perder todo lo que tenía, para quedarme desnudo con todo lo que soy, lo poco que tengo (ni casa, ni dinero, ni prestigio…)… pero que ofrezco de todo corazón, pues es mi único tesoro! Ya sé que no es mucho, pero confía en mí, seguiré creciendo, contigo o sin ti… o gracias a ti!

Y ahora, desnudo conmigomismo, sin casi ataduras del pasado y poco a poco más como soy y aprendiendo día a día, solo sé que no me importaria morir… porque quiero vivir, aunque quizás porque tenga todo aún por hacer! Las lista es interminable! Hoy, pese a mis caducos esquemas y planes ya olvidados, ya estoy preparado para empezar a vivir de verdad, compartir mi verdadero amor y construir una felicidad simple y a ratos, día a día! Ya sé, al fin, lo que espero encontrar, nada muy especial y que no todos busquen, aunque yo ya sé que la vida me lo dará a medida que esté preparado para vivirlo. Ya sé que, mal que nos pese reconocerlo, todo en la vida tiene su sentido y la felicidad es, precisamente, esa capacidad de verlo, sentirlo y no intentar entenderlo!

Y, en todo caso, viva lo que viva de más, como dijo Antonio Machado, “me debéis cuanto escribo” y yo, en cambio, os debo todo lo que soy! Gracias por estar, por haber estado, por  aún estar… aunque sea en silencio! Lamento haber abierto puertas o haberlas cerrado, pero que sepas que, quien tiene derecho a estar, está en mi corazón. Y, cómo no, gracias a la vida por mostrarse como es y por permitirme, con sus cimas y valles, vivirla cada día más como se merece… y me merezco!

Y gracias a ti por estar aquí, conmigo, en un día como hoy!

  
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