La primera entrada de hoy no es un psicopost, es una pequeña noticia que quiero compartir con vosotras. Y la quiero compartir, en primer lugar porque me ilusiona, pero también porque podría afectar al funcionamiento del blog, espero que levemente.
Algunas de vosotras sabéis que además de orientadora soy jefa de estudios del centro en que trabajo. Llevo siéndolo hace 7 años, junto con Manolo (sí, mi Manolo) que es el Director. Entré al equipo directivo porque él me lo pidió ya que no había nadie más que estuviese dispuesto a asumir ese trabajo extra.
Y tuve que aprender, claro. Tenía 26 años, llevaba menos de dos trabajando de orientadora y se me abrió una perspectiva nueva del trabajo. Aunque en un momento dado la figura del orientador (que concilia, media, ayuda más a los adolescentes con sus conflictos personales, familiares, entre iguales...) y un Jefe de Estudios (que lleva, entre otras funciones, el tema de la disciplina en el centro) pueden parecen antagónicas, yo creo que (humildemente) he sabido conjugarlas y he llevado una jefatura que ha intentado siempre que los chavales entiendan porqué es necesaria la existencia de unas normas de convivencia, porqué hay que esforzarse para que todos la cumplan por igual y porqué debe haber sanciones, sino se cumplen.
Siempre he hecho hincapié en que la escuela es un ensayo de la vida y que, por ejemplo, lo mismo que si mi vecino me pone la música a toda hostia por la mañana yo primero intento hablar con él para que no lo haga, y sino cumple acudo a la autoridad...en el centro no me puedo liar a cates con un compañero porque me insulte, tengo que buscar a un adulto que medie, y que vea/muestre responsabilidades.
Este es solo un ejemplo rápido...pero ha habido de todo. También hay conflictos entre adultos, que tienen mucha más miga. Todos somos personas, con intereses y visiones del mundo muy diferentes que a veces chocan, aunque ninguna de las dos tengan falta de razón.
...también ha habido, lógicamente, mucho trabajo burocrático, que es el que menos me gusta, pero es necesario. Al fin y al cabo, un centro educativo recibe y genera una cantidad de información ingente, pero necesaria para que las cosas tengan continuidad, en todos los sentidos.
En estos siete años, creo que he aprendido, madurado y aportado.Como mínimo, horas de trabajo....Y ahora me subo a otro barco, para liarla más gorda jajaja: Manolo deja la dirección; está quemado. La dirección es dura, muy dura. Estás a medio camino entre Administración educativa (que te exige, como es lógico, la implementación de una ley y unos mínimos de gestión y curriculares) y el alumnado, profesorado y familia, cada uno con sus intereses y exigencias también, por llamarlas de algún modo. Él ha trabajado como una fiera, desde todas sus capacidades. Él no ha dejado de ser director ni un ratito, en estos siete años. Pero se ha cansado.
Cuando me lo dijo, yo le dije "Te acompañé en este reto, y me retiro contigo"...pero las cosas no han sido tan fáciles (aunque para mí habría sido más cómodo quedarme de "orientadora, solo"). Mi centro es pequeño y está muy alejado de la capital, por lo que hay muy poco personal que cumpla los requisitos legales para una dirección. Hubo compañeros (y algún superior) que me pidieron que me presentase. Y qué queréis que os diga "mi" centro me duele. Ojo, que no digo que otra persona lo vaya a hacer peor que yo ¡en absoluto!...pero lo que sí puedo yo garantizar es cariño, preocupación y todo el trabajo que haga falta.
Así que dí el paso. En Enero de este año me presenté al proceso de selección y el 1 de Julio me nombran Directora en prácticas (y después si paso ese año, 4 años de directora "normal"). Ya he empezado un curso de formación que implica que los martes, cuando salgo de trabajar a las 2 de la tarde, recojo a mis hijas, les doy el almuerzo y se las dejo a su papi para hacerme 100 km de carretera (bastante curvilínea por decirlo suavemente) ir a la capital al curso de unas 4 horas y volverme zumbando y de noche con unas ganas locas de achuchar a mis nenas (y acostarme, que me levanto a las 6 y media, pa'qué engañarnos).
Esto es el principio. El principio de un trabajo que va a ser duro, en el voy a tener preocupaciones, ilusiones, errores y aprendizajes. Al que voy a dedicar mucho tiempo y esfuerzo. Y tengo mucha ilusión. Por eso quería hoy, compartirla con vosotros.
Un besazo.