Siempre he creído en las casualidades, y es que juntando un buen puñado de ellas hemos llegado HOY a dónde hemos llegado.
Fue casualidad que en febrero de 2010, preparando la I Jornada Lean en el Hospital de Calahorra hablara con mi amigo Miguel Ángel Mañez y me pasara precisamente una entrada en la que hablaba de Lean.
Hasta ese momento, y aunque conocía a Miguel Ángel desde mayo de 2008, nunca había explorado su faceta 2.0 y mucho menos que tuviera un blog.
Esa casualidad hizo que yo iniciara mi propio blog, y precisamente HOY cumple 4 años.
Pero casualidad fue que lo que salió de algo relacionado con Lean, algo que en aquel entonces para mí era circunstancial, hoy se haya convertido en una parte fundamental de mi vida, hasta el punto de fundar mi propia empresa, Osenseis, para difundir y democratizar el uso de Lean, de la mano de dos magníficos compañeros.
Casualidad o no, aquel 4 de febrero de 2010, se juntaron los astros y HOY todo cuadra.
Hace cuatro años, los blogs, Lean y las redes sociales para mí no tenían ningún sentido… HOY son parte de mi vida, sin blog, sin redes sociales y sin Lean, yo no sería el mismo.
Y es que AYER estuve inmerso en un caos existencial profesionalmente hablando del que pude salir gracias a todo esto, MAÑANA no sé donde estaremos, esperemos que celebrando éxitos y superando fracasos, porque de todo tiene que haber… y HOY, dónde estamos HOY… pues celebrando que la vida te pone a veces de frente la posibilidad de elegir, y por casualidad (o no) eliges bien.
Casualidad fue, y de nuevo una vez más, de la mano de Miguel Ángel, que se cruzara en nuestro camino Rut Roncal en aquella quedada mítica de #valencia2011. Y casualidad ha sido que precisamente hoy, sea primer martes de mes, y que nos toque nuestra colaboración mensual con ella.
Ay Rut, qué importante es lo que hacemos HOY, y no me refiero a esta entrada, sino al HOY (y punto), al día a día, porque las decisiones que HOY tomamos, harán que no importen los éxitos de AYER, y sobre todo, condicionarán los futuros problemas de MAÑANA… y es que, cuánta razón tenían aquellos que decían que las soluciones de HOY, serán los problemas de MAÑANA.
Qué me lío, jajaja….
¿Rut, nos das HOY una pista de lo que será tu post MAÑANA?
Jajajaja… Iñaki!, ante todo enhorabuena!! Por AYER, HOY y MAÑANA!! Me alegro de formar parte de este post, de todos los que hemos escrito y de todos los que escribiremos….
Bueno, de lo que mañana hablaremos tendrá relación con el siguiente cuento que compartiré con vosotros: EL BUSCADOR, que aparece en el libro de Cuentos para Pensar de Jorge Bucay.
Dice así:
“Esta es la historia de un hombre al que yo definiría como buscador:
Un buscador es alguien que busca. No necesariamente es alguien que encuentra. Tampoco es alguien que sabe lo que está buscando. Es simplemente para quien su vida es una búsqueda.
Un día un buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Él había aprendido a hacer caso riguroso a esas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo, así que dejó todo y partió. Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos divisó Kammir, a lo lejos. Un poco antes de llegar al pueblo, una colina a la derecha del sendero le llamó la atención. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadoras. La rodeaba por completo una especie de valla pequeña de madera lustrada… Una portezuela de bronce lo invitaba a entrar.
De pronto sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en ese lugar. El buscador traspaso el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles. Dejó que sus ojos eran los de un buscador, quizá por eso descubrió, sobre una de las piedras, aquella inscripción … “Abedul Tare, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días”. Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que esa piedra no era simplemente una piedra. Era una lápida, sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en ese lugar…
Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado, también tenía una inscripción, se acercó a leerla decía “Llamar Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas”. El buscador se sintió terrible mente conmocionado. Este hermoso lugar, era un cementerio y cada piedra una lápida. Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto, pero lo que lo contactó con el espanto, fue comprobar que, el que más tiempo había vivido, apenas sobrepasaba 11 años. Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar.
El cuidador del cementerio pasaba por ahí y se acercó, lo miró llorar por un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar.
- No, ningún familiar – dijo el buscador – ¿Qué pasa con este pueblo?, ¿Qué cosa tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué tantos niños muertos enterrados en este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que lo ha obligado a construir un cementerio de chicos?
El anciano sonrió y dijo: -Puede usted serenarse, no hay tal maldición, lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré: cuando un joven cumple 15 años, sus padres le regalan una libreta, como esta que tengo aquí, colgando del cuello, y es tradición entre nosotros que, a partir de allí, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y anota en ella: a la izquierda que fue lo disfrutado…, a la derecha, cuanto tiempo duró ese gozo. ¿Conoció a su novia y se enamoró de ella? ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla?…¿Una semana?, dos?, ¿tres semanas ymedia?… Y después… la emoción del primer beso, ¿cuánto duró?, ¿El minuto y medio del beso?, ¿Dos días?, ¿Una semana? … ¿y el embarazo o el nacimiento del primer hijo? …, ¿y el casamiento de los amigos…?, ¿y el viaje más deseado…?, ¿y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano…?¿Cuánto duró el disfrutar de estas situaciones?… ¿horas?, ¿días?… Así vamos anotando en la libreta cada momento, cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado, para escribirlo sobre su tumba. Porque ese es, para nosotros, el único y verdadero tiempo vivido.”
Para mí la suma de los momentos vividos es la suma de los HOY, que hacen que tengamos un MAÑANA llenos de felicidad, sonrisas, lágrimas, emociones… dignas de ser recordadas y revividas en nuestra mente una y otra vez.
¿y HOY podréis esperar a MAÑANA?
Muchas gracias Rut, estaremos atentos a tu entrada… pero como dicen estos mushashos… por HOY ya está bien:
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