En los últimos meses, Microsoft está llevando a cabo una campaña muy potente para conseguir partners que desarrollos smartphones con su Windows Phone. Ciertamente, las cosas parecía que a los de Redmon les estaban funcionando bien. Al menos, en lo que a captación de nuevos colaboradores se trata pero la realidad y los números no parecen compartir esta teoría.
Los directivos de Huawei han estado repasando datos y no les cuadra los ingresos que están consiguiendo con sus desarrollos basados en Windows. Joe Kellly, responsable de las relaciones corporativas del fabricante asiático, ha sido el encargado de anunciar que su compañía dejará de lado la fabricación de smarpthones basados en este sistema operativo de Microsoft por motivos puramente económicos.
Kelly confesó que, en estos momentos, la rentabilidad de sus productos basados en Windows Phone es nula:
En realidad nosotros no llegamos a ganar dinero con los primeros terminales que lanzamos con Windows Phone. De hecho, nadie hace dinero con Windows Phone
La decisión de Huawei de abandonar el desarrollo para Windows Phone no es definitiva. El fabricante deja la puerta abierta a que, si en el futuro el impacto del sistema operativo se incrementa de manera satisfactoria, volver a trabajar con esta plataforma.
A pesar del incremento de cuota de Windows Phone durante este 2014 y de que su tendencia es la de seguir creciendo, en estos momentos el sistema operativo móvil de los de Redmon solo acumula un 2.9% de cuota a nivel mundial. Muy lejos del 11.7% que ostenta iOS y años luz de Android (84.4%).
La competitividad actual en la industria de la telefonía móvil es brutal. En su mercado local, China, Huawei tiene que competir de manera directa con compañías como Xiaomi o Lenovo (que adquirió Motorola recientemente) que en estos momentos son grandes potencias a nivel global. Y, precisamente de fuera de China, Huawei también tiene que soportar la presión de fabricantes como Samsung, Sony o LG que no dejan de apretar en ningún momento.
En estos momentos se está viviendo un cambio muy importante dentro de la industria y que está llevando a los fabricantes a reducir su diversidad de productos y centrarse en ofrecer soluciones más específicas tratando con especial mimo sus gamas más potentes. El caso más claro es Samsung cuya política de lanzar nuevos equipos casi a diario parece olvidada y ahora, los surcoreanos se plantean la desaparición de algunas familias para centrarse en sus teléfonos estrella.
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