Por eso, no nos extraña que haya quien vaya guardando esos botes, ya vacíos, como contenedores exquisitos cuya esencia ya forma parte de su propia piel. Puede que un perfume no sea para siempre, pero sí los recuerdos asociados a su aroma y a su frasco... Así que no imaginamos mejor uso que decorar con ellos.

Foto

Foto

Foto

Foto

Foto

Foto

Y vosostr@s, ¿sois fieles a una fragancia y a su botella?
