Huelga de futbolistas.

La Asociación de Futbolistas españoles (la AFE) ha convocado una huelga de futbolistas de primera y segunda división para las dos primeras jornadas de liga. Alegan que el año pasado unos 200 futbolistas no cobraron sus salarios. La deuda se eleva, según la AFE, a 50 millones de euros. Están negociando un nuevo convenio colectivo y existe un desacuerdo sobre el fondo que debe garantizar esos salarios. Estrellas como Iker Casillas, capitán del Real Madrid y de la selección española (y vicepresidente de la AFE) también se muestran de acuerdo: “Creo que también hay que ser solidario con la gente que lo está pasando mal, los números están ahí“.

Lo que no dice Iker Casillas es que los números están ahí, en gran medida, porque hay futbolistas como él que se llevan gran parte del pastel del negocio del fútbol. Lo que no se dice es que tal vez la única manera de garantizar el cobro de los salarios de los futbolistas “del montón” sería reducir los millones que se pagan por las grandes estrellas (que a veces resultan ser los grandes pufos), lo cual llevaría al fútbol a perder en gran medida el caracter de negocio presuntamente rentable que es. Lo que no se dice es que la actual situación financiera de los clubes de fútbol en España tiene mucho que ver con los contratos estratosféricos en derechos televisivos y los créditos y más créditos que se dieron y se dan; directamente relacionado con la llamada “Liga de las estrellas”.

Los futbolistas, como cualquier otro trabajador, tienen derecho a hacer huelga si no se respetan sus derechos, faltaría más. Pero me resulta de una gran hipocresía que los que se embolsan los millones defiendan a los que no cobran, pero no se planteen imponer un tope salarial a los sueldos de las grandes estrellas y a lo que se paga por traspasos y fichajes, por ejemplo. O que la Liga de Fútbol Profesional y los clubes de fútbol declaren no comprender la convocatoria de huelga mientras hablan del fichaje de Cesc Fábregas por el FC Barcelona por casi el mismo dinero que se les debe a los futbolistas españoles.

De todas formas, aunque respeto el derecho a huelga (aun pensando que hay profesiones en las que debería estar más regulado), el fútbol, los futbolistas y sus problemas me la pelan en gran medida.

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