Lleva un mes sin querer salir del hospital que se ha negado a tratarle. Rebelde, comprometido, sensato, el profesor Servando Pérez, al que conozco desde hace tiempo pues no obstante es uno de los protagonistas de mi libro La salud que viene. Nuevas enfermedades y el marketing del miedo ha comenzado una huelga de hambre después de estar un mes en el hospital de Santiago de Compostela esperando a que le den (o deriven) al tratamiento que el juez ordenó hace dos años para su intoxicación crónica por mercurio y por padecer Sensibilidad Química Múltiple (SQM), la quelación o limpieza del organismo.
El hospital no parece derivarle por el precedente que establecería (que muchas personas con intoxicación crónica por metales pesados puedan recibir quelación pagada por la Seguridad Social). Además, por su SQM, necesita que la comida no tenga aditivos y esto el hospital no lo está teniendo en cuenta.
Hace unos días, para intentar que Pérez, que es presidente de Mercuriados, una entidad que denuncia el uso del mercurio en los empastes dentales, entre otras cosas, se fuera del hospital (aunque está muy enfermo), le quisieron dar el alta y decir que su enfermedad es, en realidad, psiquiátrica.
Servando Pérez y su coraje representa a todas las personas que padecen enfermedades ambientales, emergentes, producto de la enorme suciedad ambiental en la que vivimos, como SQM, el Síndrome de Fatiga Crónica, la Fibromialgia, la hipersensibilidad al electromagnetismo y radiaciones o intoxicaciones crónicas por metales pesados como el mercurio. Y a quienes pueden padecerlas, es decir, todos nosotros pues todos estamos expuestos a estas contaminaciones. La Seguridad Social lleva años mirando para otro lado por el enorme coste que resulta de reconocer estas enfermedades y a estos enfermos. La de Servando es una actitud valiente y generosa que puede abrir una puerta a estas personas. Fuerza amigo.