Ayer charlando con los padres, de los amigos de mi hijo mayor, en el parque, donde suelo pasar parte de mi tiempo libre, había reticencias de algunos de ellos respecto a la huelga convocada el jueves 9 de mayo, de toda la comunidad educativa (madres y padres, estudiantes y personas que trabajamos en el mundo de la educación). Algunos de ellos me decían que por qué no iban a llevar a niños y niñas al colegio cuando la pasada huelga general habían ido casi todas las maestras a trabajar.
El otro día charlando con gente de Izquierda Unida respecto a la gente que había votado al partido popular y que eran corresponsables de las políticas que este partido estaba llevando a cabo en nuestro país. Alguien planteaba eso de: ¡disfruten lo votado!
Creo que en ambos casos tiene que haber un cambio de mentalidad, no recriminar el voto, la actitud o el pensamiento que los demás puedan haber tenido sino intentar que cambien ese posicionamiento. A mí me fastidia que haya compañeros y compañeras insolidarios que no hayan hecho una huelga en su vida y se aprovechen de las luchas de los demás, pero nuestras referencias tienen que ser lo público, lo colectivo y el bien común.
Hay gente en la Escuela Pública que no cree en ello, se da esta paradoja de que cuanto mejor es tu trabajo mayor el acomodamiento de algunos y algunas, a pesar de que sigan siendo clase trabajadora. En algunos no hay conciencia de clase y siguen esperando el cambio prometido por el Gobierno en campaña electoral o que la economía mejore mientras el pueblo se desangra y sus hijos tienen que huir del país. Hay que creer que las cosas pueden cambiar, hacer esfuerzos en esa dirección e intentar desmontar las excusas de quienes se acogen a ciertos privilegios para situarse por encima del bien y del mal. Y habrá que tenerlo en cuenta y rebatirlo ante quienes se acogen a esas excusas públicamente.
La orientación que hay que dar a la próxima huelga de educación es de posicionarse política y públicamente contra la política educativa que el gobierno está llevando a cabo. Que esta sea colectiva de todos los sectores de la educación es una garantía de éxito, independientemente de posiciones personales que justifican su actitud con excusas varias. De todas ellas, ninguna conlleva un cambio de valores en la política educativa que se está llevando a cabo y nos llevan a un planteamiento economicista del trabajo. La dignidad está por encima del salario y es lo que nos configura como personas, aunque haya gente que no se haya dado cuenta o sea más cómodo otra postura.(Lo cómodo no suele ser lo mejor para la persona ni para la sociedad, aunque beneficie a quienes gobiernan).
Esta huelga general en Educación se ha convocado para expresar nuestro malestar y rechazar los ataques que se están haciendo contra la educación pública. Los recortes en educación buscan un fin ideológico contrario al bien común impuesto por los poderes económicos que quieren ampliar el mercado educativo para sus beneficios: aumentar las ratios de alumnado, reducir personal docente, eliminar la gratuidad de la educación, disminuir el presupuesto de formación, investigación…
Prioricemos por las personas, la educación como servicio público para una sociedad con futuro, para nuestros hijos e hijas, para que tengan igualdad de oportunidades y a quienes más les cueste se les tenga más en cuenta, para integrar a todas y todos los estudiantes. Obviamente este modelo no es el modelo que el mercado quiere. El mercado cree en la competitividad, independientemente de las cualidades de cada uno, en la flexibilidad, en dejar atrás a los que no pueden seguir un ritmo y ese modelo educativo no es mi modelo ni el de la mayoría. ¿Tenemos que permitirlo? NO
El ministro Wert lejos de replantearse la LOMCE(Ley Orgánica para la mejora de la calidad educativa) reivindica su equivocación, a pesar del rechazo de amplios sectores de la comunidad educativa, cansados de tantas reformas educativas que siguen reproduciendo los mismos fracasos que nuestra sociedad refleja y del informe del Consejo de Estado, del que destacamos un apartado donde dice: “Sería muy deseable que con motivo de esta reforma se tratara de alcanzar un acuerdo general de las fuerzas políticas y sociales a fin de buscar un texto que pueda dar mayor estabilidad al sistema.”
Se fomenta un modelo de educación pública orientado a atender a un pequeño sector de la población y a las zonas rurales, lo que no es rentable para la iniciativa privada será público. El problema de un servicio público residual es que se orienta solo a aquel tipo de educación de un mayor coste, el que la privada considera no rentable. De tal manera que se cumple la máxima de privatizar las ganancias y socializar las pérdidas.
Desde el punto de vista pedagógico me parece obsceno hablar de excelencia o segregación por sexos puesto que la realidad social que nuestro país refleja no es un mundo de excelencia ni de un solo sexo y la educación tiene que enseñar a convivir a personas en la realidad social no en un mundo irreal. Cuanto más grandes sean las bolsas de excluidos peores serán nuestras sociedades futuras.Sino entendemos esto estamos perdidos.
Hablamos de integración, solidaridad, diversidad, cooperación, formación integral de personas, garantizar la educación para todo el alumnado independientemente del poder adquisitivo de su familia, cosas que al mercado le suenan demasiado ajenas.
La comunidad educativa, las madres y los padres, la ciudadanía, en general, debe sumarse a la huelga del próximo 9 de mayo, porque necesitamos otra política educativa. A las 19h en la Plaza mayor de Palencia hay convocada una concentración para protestar contra ella. Allí estaremos, en la calle con la gente, luchando contra una ley injusta. ¡No a la LOMCE!