Revista Opinión
Extracto de un artículo de Francisco Sierra, publicado en Cuarto Poder
"... el profesor saliendo del metro pensó que había motivos sobrados para convocar una huelga general y que, si se seguía (aunque sólo fuera parcialmente) por amplios sectores de la población, podría suponer una modificación de las medidas que se habían tomado, un freno para todos aquellos que estaban aguardando para establecer nuevas limitaciones de los derechos de las clases trabajadoras, que fragmentadas y debilitadas en el momento presente, debían resistirse a la “domesticación”.
Muchos medios de comunicación se habían pronunciado ya de manera clara en contra de la movilización y habían advertido a los por otra parte tan contemporizadores sindicatos que tenían que acostumbrarse a ver mermada su ya escasa influencia.
Pero esas grandilocuentes afirmaciones no estaban exentas del recelo ante la posibilidad de que de la huelga general, como recurso extremo, “excepcional”, pudiera surgir una situación en la que se pusieran las condiciones para un nuevo “contrato social”, en la que se restableciera un diálogo que la devastadora irrupción de la crisis había interrumpido..."
¡Motivos haylos y muchos!